53.

2.5K 92 4
                                    

-¡A que no sabes que tengo aquí! – apareció Niall asustándome.

-¡No vuelvas a hacer eso! – lo miré mal.

-Lo siento. – me besó. -¿Quieres saber o no? – dijo moviendo un sobre de un lado a otro.

-Claro. – sonreí.

-Entonces debes adivinar.

-Niall... – me quejé.

-Vamos _______.

Bufé. -Bien, pero debes darme pistas.

-Esta bien... - pensó. -Es algo que siempre quisiste.

-¿Un millón de dólares?

-¿Qué? – levantó una ceja risueño. -¿De verdad quieres eso? Puedo dartel...

-No, Niall. – me cruce de brazos. -Era solo una broma.

-¿Adivinarás?

-¡Es que no lo sé! – suspiré pesadamente. -Algo que siempre quise es... casarme y creo que lo estoy por cumplir. - me encogí de hombros.

-Bien, ya que no lo adivinas te lo diré. – dijo impaciente, asentí risueña. -Estás viendo... - metió la mano dentro del sobre mientras hacía ruido de suspenso. -¡Entradas para los Lakers vs los Knicks!

-¿Hablas en serio? – lo miré levantando una ceja. -¡Eso no es lo que siempre quise! ¡Tu lo querías! – comencé a reír.

-Bueno... puede ser. – rio el también.

-No tienes remedio Horan. – me senté sobre sus piernas para besarlo. -Pero con gusto iré a apoyar a los Lakers, le darán una buena paliza a los Knicks.

-¿Y de donde sacas esas locuras? Los Lakers perderán, cariño.

-¡Claro que no! No te metas con el equipo de mi ciudad.

-Tú ciudad ni siquiera es Los Ángeles, es Mullingar. – rodó los ojos.

-Pero L.A. es mi segunda casa. – sonreí. -¿Cuándo es el juego?

-En una hora. – dijo tranquilamente.

-¡¿Qué?! ¡Y me avisas ahora! Debo ir a prepararme.

Corrí hacia el baño y me di la típica ducha relajante. Me coloqué unos jeans azules ajustados perfectamente a mis piernas, mis botas de tacón y mucho abrigo. Hacía bastante frío en NYC. Me maquille lo más natural posible, no me gustaba ir muy cargada y llamar la atención. Me coloqué mis lentes de sol ya que sabía que tarde o temprano los paparazzis aparecerían.

-Te ves hermosa. – dijo mi futuro esposo besándome. -¿Lista? – me tendió su mano.

-Cariño... - lo miré algo asustada. -¿Y si mejor nos quedamos aquí?

-¿Qué sucede? – me miró preocupado.

-Yo... tengo miedo. – me miró sin entender. -De la prensa, no aparezco en ninguna portada hace años, he dejado de recibir insultos de tus fans hace mucho tiempo atrás... ¿Y si no lo soporto? ¿Y si todo esto logra separarnos? No se si estoy lista para que hagamos esto público, yo...

-¡Hey! Tranquila. – dijo acercándose a mi y dándome un cálido abrazo. -Se que esto es difícil pero si has podido hacerlo años atrás a la perfección, ¿Por qué no podrías hacerlo ahora? No tienes nada de que preocuparte, no voy a dejar que nada ni nadie nos vuelva a separar.

-¿Tu quieres... que nos vuelvan a ver juntos? – pregunté tímida.

-Claro que quiero cariño. ¿Por qué no querría que me vean junto a la mujer que amo? – me miró con ternura.

-Es que tú... hace unas semanas estabas feliz con Selena y ahora verán el anillo en mi mano, quien sabe que dirán de ti.

-No me importa. – negó con la cabeza. -No me importa lo que digan de mi mientras este feliz contigo. ¿De acuerdo? – asentí.

-Entonces... vámonos. – dije volviéndome a colocar mis lentes de sol.

Caminamos desde el hotel hacia el carro que nos esperaba afuera. Por suerte, ninguna fan se había enterado de que Niall estaba en Nueva York ya que habíamos pasado los días encerrados en el hotel relajándonos. Los chicos se habían encargado de recorrer la ciudad con sus respectivas novias y las fans estaban alteradas por eso. Muchas se preguntaban dónde estaba Niall ya que no había rastro de él.

También habían comenzado los rumores de embarazo de Lucy, ya que salieron fotos de ella y Lou besándose con sus manos sobre la panza. Eran muy tiernos.

Llegamos al estadio, miré a Niall a través de mis gafas y el a través de las suya. Habían paparazzis en la puerta ya que varios famosos habían llegado anteriormente.

-¿Lista? – me miró.

-Eso creo. – intente sonreír.

En realidad no lo estaba. Era raro volver a estar entre paparazzis luego de años, pero lo haría por él.

Bajo primero Niall y los flashes comenzaron a cegarnos. Baje detrás de él y le sujete la mano fuerte, ya que no veía el camino. Los paparazzis comenzaban a gritar preguntas, si estábamos juntos otra vez, que había pasado con Selena y miles de cosas más. Algunas fans nos miraban desde lejos asombradas ya que no había rastro de que nosotros hayamos vuelto anteriormente, habíamos mantenido todo en privado y nos había salido a la perfección.

-Bienvenido señor Horan, lo estábamos esperando. – apareció un señor en traje una vez que estábamos dentro. -Los acompaño a sus lugares. – hizo un ademán para que lo sigamos.

-Gracias, Drake.

Comenzamos a caminar entre las personas atrayendo varias miradas, muchas chicas querían sacarse fotos con Niall pero el solo se disculpaba y seguía caminando. Debía ser algo molesto querer ir a un juego de la NBA y que las personas solo se preocupen por querer sacarse fotos contigo.

-Aquí es, que lo disfruten. – dijo señalando nuestros asientos.

-¿Estas jodiendo? – abrí los ojos mirando a Niall.

-¿No te gusta? – me miró triste.

-¿Qué si no me gusta? ¡Claro que si! Es la mejor ubicación de todo el estadio.

-Lo sé, ser Niall Horan tiene sus privilegios. – me sonrío coqueto.

-Creido. – rodé los ojos mientras nos sentábamos.

La ubicación era justo junto a la cancha, podíamos ver todo a la perfección. Si bien el basketball no era de mis deportes preferidos, me emocionaba la idea de ver a los Lakers.

Mientras esperábamos a que el partido comenzara, comenzó la cámara del beso. La cámara enfocaba a dos personas y debían besarse. Muchas parejas se formaban de esa forma. La primera pareja fueron dos ancianos, quienes se veían extremadamente enamorados y adorables, luego dos adolescentes que al parecer se gustaban, se besaron bastante sonrojados, después de ellos siguieron unos niños pequeños, quienes se besaron en la mejilla con todo el amor del mundo. Una escena que enterneció a todo el estadio. Cada vez que alguien se besaba, todos ovacionaban. Incluyéndome.

Y como no, la cámara nos enfoco a Niall y a mi provocando que me sonroje. Todo el estadio nos miraba expectantes ya que ninguno se movía. En un abrir y cerrar de ojos, Niall había sujetado mi rostro con sus dos manos y me planto un dulce beso. Al instante el estadio ovacionó y ambos nos separamos bastante sonrojados.

-¡Te dije! – grié emocionada una vez que estábamos dentro del carro vuelta al hotel. -¡Sabía que los Lakers no fallarían!

-¡Es una injusticia! Seguro estaba todo arreglado. – dijo Niall cruzándose de brazos.

-Eres un mal perdedor, Horan.

-¡Claro que no! Solo estoy en contra de las injusticias.

Y claro que si, como era de esperarse, estuvimos todo el camino al hotel discutiendo sobre el juego. 

Noah. |Niall Horan & tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora