Noah. |Niall Horan & tu|

26.

—¿Qué fue eso? — pregunté una vez que estábamos en nuestra habitación. El desayuno no había terminado de la mejor forma.

—¿Que? — preguntó seriamente.

—Incomodaste a Lucy y Louis. ¿Te parece bien? — me cruce de brazos mirándolo.

—Pues lo lamento pero ese tipo no me agrada y lo sabes bien.

—Niall, pasaron siete años de aquello. ¿No crees que deberías dejarlo ya? — me senté junto a él en la cama.

—No _____, me dolió verte sufrir de esa forma y ahora él solo aparece con su cara de modelo y lo único que haces es tirarte sobre el. — me dio la espalda.

—¿Estas celoso? — pregunte con una sonrisa.

—No.

—Si lo estás.

—No, _____.

—Pues yo creo que si. — lo abrace por atrás apoyando mi cabeza sobre su espalda.

—Y yo he dicho que no.

—¿No pararas hasta tener la última palabra, terco?

—Me conoces bien. — dijo sentándome sobre el. —¿Prometes que no te irás con ese patán con cara de modelo y te quedarás con tu rubio feo? — nuestras frentes estaban pegadas. Niall se veía tierno celoso.

—No tengo que prometer eso cariño, ya debes saber que prefiero a Nick antes que a ti. — dije provocando que me mire con sorpresa. Reí. — Es broma. Tu estás sobre cualquier hombre en la tierra.

—Te amo, preciosa. — susurró para luego plantar un beso en mis labios. —Debo irme, nuestro día de entrevistas empieza en una hora. ¿Nos vemos luego?

—Claro, aquí estaré. — sonreí mostrando mis dientes.

—Está bien, amor. — le di un beso. —Nos vemos. — dijo para luego marcharse de la habitación.

***

Los chicos seguían con su día lleno de entrevistas y hasta la noche no vería a ninguno de los cuatro. Luke había terminado su día hoy por lo tanto yo me dedicaba a estar con Noah y Lucy.

—¿Que planes tienes para hoy? — me pregunto Lucy mientras se sentaba junto a Noah y sus juguetes.

—¿Dormir? — respondí metiendo palomitas en mi boca.

—¡_____! ¿Crees que volé desde muy lejos para que nos quedemos aquí encerrados? — dramatizó.

—No dramatices Lucy, de Londres a Paris hay sólo una hora y cuarto. Y luego de Paris a Dublín hay sólo una hora y media.

—¡Da igual, Miller! — me miro enojada. —Sácame de aquí y vayamos a pasear por Dublín.

—Déjame dormir, maldita sea. — me quejé. —Conoces Dublín perfectamente, ¿o te olvidas de las veces que me hiciste salir de fiesta luego de tener a Noah?

—O vienes conmigo o secuestro a mi sobrino. — señaló a Noah, quien seguía jugando con sus juguetes.

—Pues que decida Noah. — aclare mi garganta. —Amor, ¿quieres ir a pasear con la tía Lucy o quieres quedarte con mami mirando dibujos animados? — le sonreí.

Noah titubeó unos segundos y luego me miró sonriente.

—¡A pasear! — grito mi hijo.

—Maldito traidor. — susurré. —Bien, tú ganas. Vamos. — dije mientras me levantaba de la cama y Lucy sonreía triunfante.