16.

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Estaba ayudando a mi hijo a desayunar, ya que se manchaba toda la cara con su galleta de chocolate. Reí al verlo. Estaba todo sucio y aún no entendía como era que había llegado galleta a su cabello. Lo limpie y le di su vaso de leones, el cual el amaba, lleno de leche tibia.

Comencé a tomar mi café tranquilamente. Tenía un día largo, los chicos iban a ensayar y los managers querían que los fotografié.

—Hey. — dijo Niall mientras se sentaba a mi lado.

—Buen día — sonreí.

—¿Como has dormido, pequeño? — le sonrió Niall a Noah.

—Ben — sonrió mi hijo, lleno de chocolate, provocando que Niall comience a reír.

Noah estiró los brazos en señal de que quería que Niall lo cargue. Niall muy sonriente lo cargo y lo sentó sobre sus piernas mientras comenzaban a charlar. En este mes que llevábamos de la gira, ellos se habían hecho muy unidos, siempre conversaban, jugaban y a veces Noah lo llamaba "Tío Nall". Eran adorables juntos.

—¿Que harás hoy por la noche? — preguntó Niall.

—Pues... fotografiarlos en el estadio. — respondí obvia.

—Luego de eso Miller. — río mirándome fijamente.

—Nada supongo, dormir a mi hijo. — sonreí.

—Tengamos una cita. — dijo luego de un gran silencio.

Aquello me sorprendió tanto, que el café que estaba tomando en ese momento hizo que comience a atragantarme. Digamos, no me esperaba que mi mejor amigo de toda la vida, me pida una cita... ¡y tiene novia!

Tocí un buen rato mientras Niall daba pequeñas palmaditas en mi espalda, mirándome preocupado.

—L-lo siento. — Me disculpé. — yo... Niall...

Básicamente, no sabía que responder. No es que no quería tener una cita con el, pero no sabía si era lo mejor. Quizá eso solo iba a hacerme daño, Niall no me veía más que como su vieja mejor amiga, y yo lo veía como el amor de mi vida.

—Creo que lo mejor será que no tengamos una cita, digo, está Stephanie... y luego, yo... — fui interrumpida.

—______, tu no miras las noticias. ¿Cierto?

—No tengo tiempo para eso, Horan. — lo mire extrañada.

—Stephanie y yo hemos terminado hace 5 días, cariño. Ella se volvió loca cuando vio nuestras fotos en Cambridge. Dijo algo como, la historia se vuelve a repetir entre nosotros, que era imposible separarnos... no sé qué quiso decir, esta loca.

—oh... ¡gracias por contármelo! — exclamé molesta.

—Supuse que te enterarías por las noticias, pero ya veo que no. — río fuertemente.

—Pues no.

Un silencio se formó entre nosotros. Niall ayudaba a comer a Noah y yo solo me dedicaba a terminar mi desayuno.

—Entonces... ¿que dices?

—No lo se. — lo mire insegura.

—Vamos, pequeña. Por favor. — me miro suplicante.

Lo pensé unos minutos y hablé.

—Está bien, pero no quiero estar en todas las revistas mañana.

—Haré lo que pueda. — me miró sonriente.

Dejo a Noah en su silla de bebés y me dio un beso en la mejilla.

—Iré a preparar todo, no te arrepentirás. ¡Los adoro! — exclamó para luego irse.

***

El concierto acababa de finalizar. Había sido un gran día de trabajo y estaba orgullosa por eso, el show había salido más que bien y yo había logrado captar unas imágenes increíbles que hacía mucho lo lograba hacer.

Me encontraba en el auto del personal de los chicos, ahí es donde viajaba siempre que un show de los chicos terminaba. Ellos iban atrás, en otro auto. Teníamos unos treinta minutos de viaje ya que el hotel estaba en las afueras de Barcelona. Decidí sacar mi laptop y comenzar a editar las fotos que había sacado recientemente. Observe una foto de Niall, había podido captar sus ojos de una manera increíble, su sonrisa estaba muy blanca y el sudor en su cuerpo se admiraba perfectamente. Decidí subir esa foto a mi Instagram, ya que subía una foto por show, el show anterior había subido una de Harry.

"@_____Miller: aquí les dejo una foto de mi guapo amigo, del show de hoy, fue maravilloso. Gracias a todos!" Escribí junto a la foto de Niall.

Una vez en el hotel, comencé a vestirme. Opte por unos jeans negros, un sweater de punto, unas botas bajas con tacón, y un saco que Niall me había obsequiado cuando cumplí dieciséis. Me maquillaje con un labial rosa y rímel en mis ojos. Noah no tenía con quien quedarse, por lo cual tenía que venir junto conmigo. Le puse sus jeans, una campera de One Direction que Louis le había obsequiado, un gorrito y una bufanda. Se veía extremadamente adorable.

Mire el reloj en mi celular, eran las nueve de la noche. No tenía idea de que haríamos a esta hora porque las tiendas comenzaban a cerrar en una hora. Niall había dicho que le esperaba en el lobby, por lo cual tomé mi bolso y bajé con mi hijo en mi brazo derecho.

—Hola, estás preciosa. — dijo Niall una vez que me vio en el Lobby. —Y tú también estás muy guapo, campeón. — le dijo a Noah mientras lo cargaba.

Mi hijo colocó sus dos bracitos al rededor del cuello de Niall y comenzó a darle muchos besos en la cara, provocando que el rubio comience a reír. Saque mi celular rápidamente y les saque una foto, seria mi nuevo fondo de pantalla. Eran preciosos.

—¿Vamos? — sugerí.

—Claro, pequeña.

Nos subimos al auto, Niall iba conduciendo mientras Noah y yo nos dedicábamos a cantar nuestra canción favorita que pasaban en la radio. Llevábamos veinte minutos dentro del auto y yo comenzaba a impacientarme. Niall no había querido decirme a donde iríamos, quien sabe por qué.

—Mami, comer por favor. — hablo mi hijo desde atrás.

—Ya comeremos, amor. Solo espera unos minutos.

—Llegamos. — sonrió Niall.

Como un buen caballero, abrió mi puerta y luego bajo a Noah, tomándolo de su pequeña mano. Era un restaurant, en el centro de Barcelona. Elegante, demasiado diría yo. Odiaba este tipo de lugares porque costaban una fortuna y yo no podía pagar por ello.

—Niall. — lo mire con el ceño fruncido.

—Ya, no digas nada. Quería traerte aquí. No acepto un no. — contestó mientras sujetaba mi mano tironeándome hacia adentro.

Una vez que estábamos sentados, que debo destacar que teníamos una gran vista a la playa, decidimos pedir la comida. La cena se pasó bastante rápido, me estaba divirtiendo demasiado, casi como en los viejos tiempos. Estar con Niall era reír todo el tiempo, nunca podías aburrirte. Niall había logrado que Noah se divierta también, mi hijo no había parado de reír y eso me ponía muy feliz a mi. Amaba ver feliz a Noah, y obviamente, amaba verlos juntos a los dos.

Noah. |Niall Horan & tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora