Siete años después...
Miré hacia el frente suspirando pesadamente. El día había llegado, mi hijo había estado preguntándome por la foto de un niño en la sala de estar. Connor era algo curioso e impaciente, le gustaba explorar y tener respuestas inmediatas. Debo decir que su físico era idéntico a su padre pero en todo el resto era igual a mi. Y eso definitivamente lo había heredado de mi.
Niall había salido en la mañana temprano, Cameron lo había llamado algo desesperado buscando "ayuda de hombre a hombre". Hoy era su boda y estaba muy nervioso. Era increíble como la relación de esos dos había mejorado con los años, incluso podría decir que se habían convertido en amigos. Aunque nunca faltaban los celos de Niall, ya que Cam y yo no habíamos dejado de tratarnos como lo hacíamos años atrás.
—¿Ya nos vamos, mami? – preguntó Connor sonriente.
—En unos minutos, amor. – sonreí.
Camine hacia mi habitación en busca de mi abrigo. En Londres hacía muchísimo frío, creo habérselos contado más de una vez. Coloque mi bufanda alrededor de mi cuello y suspiré. Estaba a punto de ir a verlo, luego de diez años. Jamás me había atrevido a ir.
Mire la fotografía colgada en la pared de mi habitación que compartía con mi esposo. La ultima foto que le había tomado a mi pequeño antes de que la vida me lo arrebatara. Se veía tan feliz. Hace una semana hubiera cumplido catorce años. Todo un hombre, ¿cierto? Hubiera dado todo por tenerlo conmigo y que conociera a su hermanito Connor.
—¡Ya vamos mamá! – gritó mi hijo escandalosamente desde abajo.
Rei internamente. —¡Voy! – conteste mientras bajaba las escaleras.
Sujete su mano una vez que terminó de ponerse su abrigo y nos dirigimos hacia la calle. Mire al cielo, llovería en cualquier momento pero no nos tardaríamos así que no había problema alguno.
Caminábamos en silencio con Connor, el se dedicaba a contar las baldosas de la calle y yo solo pensaba en la maravillosa vida que tenía. Me había casado con Niall hace cinco años, habíamos tenido a Connor y era el niño de siete años más maravilloso del mundo. Tenían que verlo con su pequeño traje en nuestra boda, con tan solo dos años lucia tan guapo.
En cuanto a Niall y yo, nuestra relación había mejorado incluso mucho más luego de nuestra boda. Niall me demostraba su amor día a día y yo a él, estábamos muy felices. Luego de tanto sufrimiento, habíamos logrado estar juntos y felices.
—Llegamos. – suspiré.
Caminamos dentro del cementerio, no era un lugar muy agradable para llevar a un niño de siete años pero el había insistido tanto que no tuve alternativa.
Mi respiración se corto en cuanto vi su placa. Estaba intacta, como si alguien se hubiera encargado de mantenerla. Limpia y con jazmines a su alrededor.
Me senté mirando fijamente a aquella placa y senté a Connor sobre mis piernas. El solo se dedicaba a mirar pensativo e intentaba leer lo que decía ahí.
—No... ah. ¿Noah? – me miró y asentí con la cabeza. —¿Aquí dentro está el niño de la fotografía?
—Si cariño. – suspiré. — el era tu hermano. – me miro con sus ojos azules bien abiertos. -Hace mucho tiempo atrás, mamá tuvo en su panza a Noah. El era un pequeño muy dulce y travieso, amaba pasar tiempo conmigo y nos divertíamos juntos. Pero un día, tuvo un accidente junto a su padre y ambos... se fueron al cielo. – sonreí triste.
—¿Papá tuvo un accidente y se fue al cielo? ¿Y revivió?
Reí fuertemente. —No amor, papá no era el padre de Noah. El tenía otro padre... es algo difícil de explicar, quizá cuando seas más grande puedas entenderlo. – acaricie su rostro y sonrió.
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Noah. |Niall Horan & tu|
Fanfiction________ Miller estuvo enamorada desde la primera vez que vio a su mejor amigo. Daba su vida por él y él por ella pero por desgracia él la veía solo como su mejor amiga. Planearon una vida juntos en Londres luego del instituto, ir a la universidad y...