24.

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—No puedo esperar a que lo veas. — dijo Harry por quinta vez.

Íbamos en el auto camino a ver mi otra sorpresa y al parecer Harry estaba más ansioso que yo.

—Harry, ya cállate. — dijo Niall mientras conducía.

—Es que estoy muy emocionado por mí amiga. — dijo aplaudiendo rápido.

—Te encantará, enana. — sonrió Liam.

—Me están poniendo algo nerviosa.

Mire por la ventana y ya estábamos en las afueras de la ciudad de Paris. Era de noche y no había ninguna luz.

—¿La sorpresa no será dejarme aquí tirada, cierto?

—¡Niall! ¡Abortemos! ¡Nos descubrió! — exclamó Louis entre risas, provocando que todos los presentes nos riamos.

—¡Son unos tontos! — reí fuerte.

—¿Ya llegamos? — preguntó Harry metiendo la cabeza entre el asiento del conductor y del copiloto.

—Harry, me estás cabreando. — respondió Niall.

—Bien. — respondió suspirando pesadamente.

Los minutos pasaron y paramos a unos metros de una playa. En realidad no fueron minutos, llevábamos tres horas en la carretera. Liam me coloco una venda en los ojos mientras Harry se encargaba de bajarme del auto. Comencé a caminar de la mano de Harry, algo que me extrañaba ya que estaba segura de que Niall querría marcar territorio.

—Es aquí, Poppet. — me dijo Harry.

—¿Poppet?

—Me gusta llamarte así, desde ahora serás Poppet.

—Bien. — suspiré. —¿Ya puedo quitarme esto?

—Ya va, pequeña impaciente. — contesto esta vez Louis.

—¿Todos aquí me ponen apodos?

—Si, Bellota. — habló Liam.

—¿Y que significa eso ahora, Liam?

—¿Nunca has visto las chicas súper poderosas? Eres tan gruñona como Bellota.

Iba a contestar pero fui interrumpida.

—Lamento la interrupción, el señor Horan ordenó que pueden pasar. — escuché una vez detrás mío. ¿El señor Horan? No tenía idea en qué momento Niall había desaparecido de ahí.

Sentí que alguien desataba el pañuelo que tenía sobre mis ojos. Acomodé mi pelo y aclaré mi vista, ya que había una luz que me cegaba. Abrí mis ojos asombrada y una sonrisa se formó en mi rostro. Niall estaba parado al final de camino de rosas y luces, junto al mar. Comencé a caminar por aquel precioso camino para llegar a Niall, quien me miraba fijamente con su tan hermosa sonrisa.

—¿Que es esto? — Reí nerviosa.

—Ven aquí. — dijo extendiéndome su mano. La tomé cuidadosamente y Niall tiró de mi mano, provocando que nuestros cuerpos queden pegados, y nuestras caras a tan solo centímetros. —Te amo, preciosa. — dijo para luego besarme. Era un beso lento y con mucho amor.

—Wow. — dije una vez que rompimos el beso. —Si me vas a besar así, quiero cumplir años todos los días.

—Cállate. — dijo Niall mientras reía y sus mejillas se tornaban rosas. —Date vuelta. — lo miré sin entender. —Vamos, _____, ¡date vuelta!

—Bien. — dije mientras volteaba y le daba la espalda.

Escuchaba que Niall buscaba algo. Me intrigaba demasiado. Luego de esperar unos segundos, sentí algo frío tocar mi cuello. Rápidamente miré hacia abajo y me sorprendí, era un collar en forma de corazón y tenía una N grabada. Una vez que Niall me lo colocó, me di vuelta y lo besé sin dejar que diga una sola palabra.

—Veo que te ha gustado. — me miró sonriente.

—Me encantó. — sonreí. Estaba muy feliz.

—Hay algo más que quiero darte. — me miró nervioso. —Cuando vine a vivir a Londres, quise darte una sorpresa de cumpleaños cuando tú vinieras... nunca pude dártela, así que te la daré ahora. — dijo. Acto seguido, corrió la manga de su remera, dejando su muñeca a la vista donde se leía un tatuaje, el cual decía; _____.

—Niall. — dije mientras llevaba una mano a mi boca, mientras mi otra mano acariciaba aquel tatuaje. —¿Tú has hecho esto... por mí? — asintió. — ¿Nunca te has arrepentido?

—Nunca, preciosa. Siempre fuiste muy importante para mí. Y claro, ¿por qué no tenerte grabada en mi piel?

—Te amo, Niall. Es la mejor sorpresa de cumpleaños que alguien me ha podido dar. Gracias. —dije provocando que él ría.

—¿Crees que esto es todo?

—¿Hay más? —pregunté confundida.

—Ponte esto. — me volvió a colocar aquella venda. —Ven conmigo. — dijo mientras entrelazaba nuestras manos.

Luego de caminar unos cortos minutos, junto a la orilla del mar, Niall se detuvo. Beso la comisura de mis labios y antes de quitar la venda de mis ojos, susurró a mi oído cuánto me amaba. Quité la venda ansiosa y me sorprendí ante lo que mis ojos estaban viendo.

—¡Sorpresa! — gritaron todos. No podía creerlo. Toda mi familia, la cual sólo consistía en mí madre y mi tía, estaba ahí. Noah estaba junto a Harry y Louis, Liam junto a su novia, algunos viejos amigos estaban ahí, Maura y Bobby también se encontraban junto a los demás.

—¡No puedo creerlo! — exclamé.

Todos comenzaron a saludarme y felicitarme por mi cumpleaños. Había gente que realmente extrañaba. Mi madre se había encargado de avergonzarme frente a todos, tratándome como una pequeña niña de cinco años. La fiesta concurría excelente, no podía dejar de sonreír y la estaba pasando de maravilla. Había música, comida y todos bailaban, incluso mi hijo quien se encontraba tan feliz como yo. Toda la fiesta concluía a la orilla del mar y podíamos ver perfectamente el atardecer.

—¿La estás pasando bien? — apareció Niall sujetándome de la cintura desde atrás.

—De maravilla, cariño. — le dije mientras lo besaba. —No puedo creer que mi familia está aquí, no veo a mi madre hace meses.

—Lo sé, me he encargado de todo. — sonrió.

—No podré agradecértelo nunca sabes, ¿sabes? Soy muy afortunada con tenerte. — Niall me miró enternecido.

—¿Tú mejor amiga no está y ni siquiera lo has notado? — escuché una voz detrás mío.

Mi mejor amiga me estaba mirando de brazos cruzados y una mirada de enfado que se esfumó rápidamente al sentir mis brazos al rededor de su cuerpo. La había extrañando, muchísimo.

—¡Te extrañe idiota! — exclame una vez que nos habíamos separado.

—Pues que bien, yo no. — me miró sonriente.

—Eres mala, Anderson.

—Tu eres la mala de la historia Miller, no he recibido ni un llamado de tu parte. — volvió a cruzarse de brazos.

—Perdón por tener un hijo y un trabajo de tiempo completo, querida Lucy. — ahora yo me cruce de brazos. Niall miraba la situación divertido.

—Yo también tengo un hijo y no es excusa para no poder llamarte.

—Un perro no es un hijo, Lucy.

—¡No has dicho eso! — exclamó poniendo una mano en su pecho dramáticamente. —No vuelvas a decirlo y mucho menos enfrente de Dog.

—Muy original el nombre. — rió Niall.

—¿Acaso aquí nadie respeta a mi hijo?

—Hey. — apareció Louis sonriente.

—Louis, ella es Lucy, mi mejor amiga, Lucy, el es Louis Tomlinson. — los presenté.

Lucy saludo a Louis con su mejor sonrisa falsa. Él parecía muy encantado con ella y a ella solo parecía molestarle su presencia, Lou hacía chistes realmente graciosos y Lucy se había encargado de mirarlo seriamente. No sabía que tenía pero definitivamente iba a ser una larga noche.

Noah. |Niall Horan & tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora