Noah. |Niall Horan & tu|

51.

Niall extendió una manta roja sobre el suelo, colocó unos almohadones e hizo un ademán para que me recueste. Acto seguido, estábamos los dos recostados en aquella manta mirando al estrellado cielo con nuestras manos entrelazadas.

-Creí que no ibas a aceptar. - habló Niall luego de un cálido silencio.

-Solo estaba... procesando todo. - lo miré. -No me lo esperaba en absoluto y debo decir que es el mejor cumpleaños de todos.

-Eso dijiste años atrás en tu fiesta sorpresa en Paris. - río.

-Esto supera aquella fiesta, estoy muy emocionada por esto.

-¿Cuando quieres casarte?

-No lo sé... tenemos tiempo para discutir eso. ¿Cierto? - asintió. -Mientras tanto disfrutemos de este momento.

-Estoy muy feliz. - dijo mientras miraba las estrellas.

-Siempre soñé con este momento, desde pequeña. ¿Recuerdas?

-Claro que si. - rió. -Querías que tu príncipe te proponga matrimonio en lo más alto de tu castillo... y yo moria de celos de solo imaginarte por casarte con otro niño, temía que dejaras de jugar conmigo. - reímos.

-En realidad... has cumplido mi sueño. Estoy con mi príncipe y en lo más alto de esta torre. Incluso es un mejor de lo que imaginaba.

El silencio se hizo presente, mi cabeza comenzó a repasar cada momento de mi vida. A pesar de todo lo que había pasado, podía afirmar que era una chica completamente feliz. Si bien me hubiera gustado tener a Noah en momentos importantes para mi, había aprendido que no valía la pena llorar por su pérdida. Cameron solía decirme: "No llores porque lo perdiste, alégrate porque lo tuviste".

Había algo que me inquietaba y quería aclararlo con Niall antes de que nos casemos, ya que quizá no le gustaría lo que tenía pensando decirle.

-Niall... - lo llamé y me miró, provocando que se me pongan los pelos de punta. -Quiero decirte algo y espero que no te enfades.

-¿Por qué lo haría? - se acomodó apoyando su cabeza sobre su mano, para mirarme bien.

-Yo... entendería si no quieres casarte conmigo después de esto o si me quieres dejar y no volverme a ver pero...

-¡Hey! - rió. -Puedes respirar.

-Lo siento. - sonreí.

-Ahora dime cariño.

-Es que quizás... te enfades conmigo.

-¿No mataste a alguien, verdad?

-¡No! - reímos.

-No me voy a enojar _________, lo prometo.

-Es que yo... - suspiré. -No se si estoy lista para tener hijos y no se si lo estaré en algún momento, entiendo si tú quieres tener y lamento no poder dártelo pero...

-Tranquila. - se acercó a mi. Colocó mi cabeza sobre su pecho. -No es mi prioridad en este momento tener hijos, mi prioridad ahora es estar contigo y ser feliz. No tienes que preocuparte.

-Pero... ¿Y si algún día lo es? ¿Si algún día tienes muchas ganas de ser padre y yo no puedo cumplirlo? - levante la cabeza para verlo a los ojos. Me miraba con ternura.

-No importará, no mientras esté contigo.

-Perdón.

-No me pidas perdón. - me miró mal.

-Te amo. - reí mientras me recostaba sobre el. El beso duro unos cuantos segundos y estaba comenzando a tornarse un poco más intenso.

-Deja de besarme así o haré cosas indebidas.