Noah. |Niall Horan & tu|

21.

Luego de aquel beso con Niall, no habíamos vuelto a cruzar palabras, y no es porque lo esté evitando (creo) pero hoy por la noche era su show en Madison Square Garden y el encargado del show, me tenía como loca de aquí para allá. No había visto a ninguno de los chicos en todo el día, Noah estaba junto a Luke en el hotel y yo estaba en aquel estadio fotografiando la escenografía. En realidad, no era la tarea que Max me había designado, pero yo había venido a fotografiar y eso es lo que haría. Algo rebelde, lo sé.

Puse mi ojo en la cámara, apreté el botón para sacar la foto y cuando el flash salió disparado, Harry salió detrás mío apareciendo en primer plano de la foto. Estallé en risas al ver aquella foto.

—¡Eres un idiota! — reí fuertemente. —Me has asustado.

—Lo siento. — beso mi mejilla.

Este hombre tenía algo que hacía que lo adore como si lo conociera de toda mi vida.

—¿Y los chicos? — pregunté curiosa.

—¿Para que quieres a los chicos? Me tienes a mi. — sonrió subiendo y bajando sus cejas exageradamente. Reí ante ello.

—Eres idiota. — golpee su hombro.

—¿Podrías dejar de llamarme idiota, querida ______? — sonrió sin mostrar sus perfectos dientes.

—Lo siento. — rodee los ojos.

Harry se quedó mirándome fijamente y comenzaba a ponerme nerviosa, muy nerviosa. Algo tramaba, de eso estaba segura.

—¿Q-que?

—______, _______, _______... ¿no tienes nada para contarle al tío Harry? — preguntó mientras caminaba en círculos al rededor mío.

—¿Y-yo? Pues... no.

—¿Ya dejarás de mentirme? — se paró frente a mi. —Tontita. — dijo mientras pinchaba con su dedo índice mi nariz.

—Ya Harry, basta — conteste negando mientras me daba vuelta para desparecer de ahí, pero Harry me lo impidió sujetándome del brazo.

—______... ¿estás segura?

—Si— me cruce de brazos.

—Entonces, lo haremos por las malas. — contestó mientras se abalanzaba sobre mí y comenzaba a hacerme cosquillas.

—Ha-harry... ya basta. — intenta decir mientras no podía parar de reir.

Definitivamente este hombre me iba a matar.

—¡Debes contarme!

Harry quería que le cuente sobre lo sucedido hoy por la mañana, Niall solía contarle sus cosas ya que era uno de sus mejores amigos, por lo tanto él ya estaba enterado.

Alguien carraspeó debajo del escenario provocando que Harry parara de hacerme aquellas malditas cosquillas.

—_____ debe trabajar y tu la estás interrumpiendo.

Me sorprendió la manera en la que Niall le hablo a Harry, y al parecer a él también, ya que abrió sus ojos bastante grandes.

—Oye tranquilo amigo. — río Harry levantando ambas manos en señal de inocencia.

—Sal de encima mío patán. — dije golpeando su estómago.

—¡Oye!

—______, a trabajar. — ordenó Niall.

Abrí los ojos bien grandes mientras entreabría la boca, jamas de había dirigido a mí de esa forma, ni cuando peleábamos en Mullingar. De verdad, mucho había cambiado en estos dos años, casi tres. Su personalidad se había tornado de otra forma, no era aquel niño de Mullingar, ahora era un ¿hombre?

—Lo que sea. — conteste bufando mientras me levantaba del suelo y caminaba directo a mi cámara.

Niall había logrado cambiar mi humor, el malhumor que llevaba encima se notaba de sólo verme a kilómetros. Lo beso, me besa, me dice que me ama, y luego me trata como si fuera una simple trabajadora.

Luego de continuar haciendo mi trabajo, el reloj marcó las siete de la tarde, debía ir al hotel a asearme ya que el show de los chicos comenzaba a las nueve y media. Hablé con Max y me dio el okey para que pueda retirarme de ahí, tome un taxi y me dirigí al hotel.

Digamos que no tenía idea de donde estaban los chicos, y esperaba que Niall no esté dentro de nuestra habitación. Suspire y metí la tarjeta en la puerta. En este hotel las puertas se abrían con tarjetas y no con llaves, era bastante moderno.

No había señal de Niall en toda la habitación, que a decir verdad era del mismo tamaño que mi departamento en Londres.

Abrí aquel pequeño closet para buscar él outfit que usaría por la noche, luego de tanto buscar me decidí por unos jeans, una camisa y una campera de cuero, junto con unas botas de tacón no tan alto. Voltee y me lleve un gran susto al ver a Niall justo detrás mío, dio un paso hacia mí provocando que yo de un paso para atrás, para chocarme con la puerta del maldito closet. Colocó ambas manos en ambos de mis costados y acercó su cara a la mía.

—Eres tan linda. — susurro mirando mis labios.

Definitivamente ese hombre me traía loca, pero claro que las cosas no serían así de fáciles. Niall me había tratado bastante mal hacía unas horas y ahora hacía como si nada hubiera pasado.

—Debo irme. — conteste intentando zafarme de sus fuertes brazos, nada comparados al viejo Niall.

—Vamos, no estes enojada princesa. — intentó besarme pero fui más rápida y corrí mi rostro.

—Vete Niall, no estoy de humor.

—¿Es por como te trate antes? — preguntó mientras me soltaba.

—¿Tu que crees? ¿Que iba a dejar que me trates así enfrente de Harry y luego darte un beso como si nada hubiera pasado realmente? — dije mientras iba camino al baño.

—¿Que es lo que tienes con Harry, eh? — preguntó provocando que me voltee rápidamente. —Harry, Harry, Harry, es lo único que sale de tu maldita boca _____, no cumples tu trabajo por andar jugando con él, solo te importa lo que él piense y yo... — lo interrumpí.

—Cierra esa maldita boca si no quieres arrepentirte Niall.

—Eres malditamente inmadura. — me miro enojado, como nunca lo había hecho. Algo dentro mío se revolvió.

—¡Mira quien habla! El niñito que está celoso de uno de sus mejores amigos. — reí sarcásticamente.

Ambos estábamos echando fuego.

—¡No estoy celoso! — dijo elevando la voz, provocando que me sobresalte.

—Eres increíble, Niall. — dije negando mientras mordía mi labio inferior. Bastante decepcionada a decir verdad.

Dejé la ropa que había elegido para el show sobre la cama y me dirigí hacia la puerta.

—¿Resuelves tus problemas escapando? — río sarcásticamente. —Oh, ya lo recuerdo, ocultaste a tu hijo por dos años, no me sorprendería de ti.

Lo mire herida. Me dolía habérselo ocultado, y que él todavía no me lo haya perdonado.

—Vete a la mierda, Niall.

Y esas fueron las últimas palabras que dije, seguidas de un fuerte golpe de la puerta.