55.

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Habían pasado exactamente cuatro meses desde que Niall me propuso matrimonio, el había tenido que irse hace tres de Los Ángeles para finalizar una pequeña gira que habían hecho por su último disco. No habíamos hablado mucho ya que cada uno estaba ocupado con sus respectivos trabajos.

Con Justin habíamos realizado una pequeña gira por las principales ciudades de Estados Unidos, la cual duró sólo dos meses, para promocionar parte de su nuevo álbum.

Lucy vivía junto a Cameron y a mi en nuestro departamento, ya que Louis no podría darle la atención necesaria para el bebé, así que decidió quedarse conmigo.

-¿Alguien puede traerme una tarta de frutillas? – gritó mi amiga desde arriba.

-¿Cuándo terminará esto? – Cam se quejó. Ellos se habían vuelto grandes amigos.

-En un mes nacen esas dos bestias, luego de eso nos liberaremos de ella.

-¡Te escuché! – gritó Lucy. -¡Deja de quejarte y tráeme esa tarta!

-Voy. – suspiré.

Lucy tenía demasiados antojos últimamente, era algo agotador porque debíamos ir a comprárselos, sea la hora que sea. La semana anterior Cam había tenido que salir a las dos de la mañana en busca de unas papas fritas.

Fui en busca de la tarta a la tienda, la cual quedaba a diez calles de mi departamento.

-Hola, Rosie.

-Hola, ______. ¿Lo de siempre? – preguntó. Lucy había comido más tartas de frutilla en estos meses que en toda su vida.

-Si. – rodé los ojos.

-¿Cómo has estado, cariño? – preguntó sonriente. En los últimos meses había ido a aquella tienda casi todos los días y me agradaba hablar con aquella señora.

-Estoy algo cansada, Lucy ha necesitado mucha ayuda y no he podido dormir bien... además extraño a Niall, no me llama hace una semana.

-Tranquila, sabes que pronto termina la gira y pueden volver a verse. – dijo mientras me extendía la tarta. -Son diez dólares.

-Aquí tienes. ¡Gracias Rosie! – me despedí.

Camine lentamente de vuelta a casa, hoy era un día tanto especial para mi. Noah cumpliría exactamente ocho años. Estaba algo triste y ni Lucy ni Cameron parecían acordarse de eso. Lo prefería, ya que si recordaban esta fecha me volverían loca para que lo olvide. Necesita un gran abrazo de Niall, el cual tampoco parecía recordar la fecha ya que no había recibido ni un solo mensaje de él. No me molestaba en absoluto, creía que la mejor forma de pasar ese día era que nadie este recordándomelo ni viéndome con lastima.

En mi cabeza solo pasaba una sola pregunta: ¿Qué pasaría si el no se hubiera ido? Hubiera dado todo por verlo crecer, convertirse en un niño grande. Quizás ahora estaríamos en nuestro departamento en Londres festejando su cumpleaños número ocho.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no escuché cuando mi teléfono sonaba. De hecho, supe que alguien me estaba llamando cuando una señora con un humor extremadamente malo me gritó prácticamente en mi cara que atendiera.

-¿Si? – atendí despreocupada.

-¡¿Dónde estas?! – gritó Lucy.

-Estoy en...

-¿Sabes que? No me import.. ¡Ah! -gimió interrumpiendo lo que estaba por decir.

-¡¿Lucy?! – casi grite, las personas comenzaban a verme raro. -¿Qué sucede?

Noah. |Niall Horan & tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora