Capítulo 40

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—Ya me quiero iiiiir —se quejó el omega levantando una esquina de su labio superior.

Él realmente ya estaba mejor, los moretones en su rostro habían desaparecido y los de su cuerpo apenas se notaban ya. El yeso en su mano izquierda ya había sido retirado y sus costillas seguían doliendo obviamente ya que se las había roto, pero el dolor era visiblemente menos que la primera semana... Al menos si no utilizaba fuerzas de manera descuidada.

Esto era un gran avance para el pelimorado quien ya quería volver a la comodidad de su departamento luego de haber estado tres semanas en el hospital por petición de todos y a recomendación del médico.

—Ya vendrá el doctor —rió Jin ayudándole a colocarse su ropa—. Me sorprende que Yoongi no esté aquí, no se ha querido separar de ti desde que te despertaste —comentó.

—Quiero darle una sorpresa por lo que le dije que apestaba y que debía de volver a casa a bañarse, dormir y comer algo —sonrió suave, al menos el alfa había mantenido su palabra y no le había dejado solo hasta que él mismo se lo ordenó y aun así le discutió, lo bastante común entre ellos.

—Ah, de ahí el apuro por volver entonces —comprendió el omega mayor.

—Si fuera por él y mi hermano, me quedaría otra semana —rió inclinándose para tomar su pesado bolso, inmediatamente lo dejó caer y luego abrazó su costado ante el punzante dolor que provocó aquella simple acción.

Jin arqueó una ceja y el menor podía contemplar en sus ojos que él también lo creía así.

—¿Y Chanyeol sigue molestando? —pregunto tomando él el bolso del menor.

—Sí —bufó y le observó curioso—. De hecho, él es el único que parece molesto, ni siquiera Bae, tú, mis padres o mis otros amigos lo están.

—Porque solo hay que ver como se miran entre ustedes dos —respondió con simpleza—. Así que, mientras se amen ¿qué importa cómo se juntaron? —se encoge de hombros.

Aunque Yoongi aún no se lo había dicho, Jimin sabía que era así también.

—Bueno, ya se pueden ir —dijo el doctor desde la puerta, trayendo consigo una silla de ruedas y unos papeles—. Solo recuerde, puede hacer ejercicios pero no en exceso por lo menos en otras tres semanas más, seguir tomando sus medicamentos por otros tres días —indicó.

—Muchas gracias —sonrió satisfecho Jimin, agradecido cuando su amigo recibió los papeles y le ayudó a subir a la silla de ruedas antes de salir de la habitación.

En otra oportunidad, Jimin habría despotricado tercamente que no la necesitaba. Pero quería ahorrar sus energías para cierto alfa a quien esperaba darle una sorpresita.

Mentalmente Jimin sacudió su cabeza, intentando ocultar su sonrisita traviesa.

Saliendo del Hospital, inspiró profundamente el limpio aire antes de levantarse de la silla y seguir a Jin.

—¿Estás seguro de que no debiste de quedarte un tiempo más? —pregunto Jin cuando el menor siseo de dolor al subirse al auto del omega.

—Hyung, solo me pegué en el codo —bufo sobándose dicha zona, todo por subir apresurado—. Además, iba a morirme de aburrimiento, he estado tres semanas enteras ahí —respondió cuando el mayor se sentó tras el volante—. Y Yoongi dormía incómodo tanto en la silla como en la camilla.

—Am... Quizás porque la camilla era para uno, específicamente el paciente y no de a dos —respondió con ironía el omega mayor.

—Yoonie decía lo mismo —resoplo manteniendo un brazo sobre sus costillas como se le había hecho costumbre—. Pero en las noches tengo pesadillas y así es la única forma en la que puedo volver a dormir.

Un poco de amor (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora