Un poco de amor (Omegaverse)

Capítulo 62

Yoongi despertó en la misma posición en la que se había quedado dormido finalmente, con sus brazos rodeando a su pareja.

Suspirando, alzó su mano y corrió el cabello de su frente.

Alejándose levemente, Jimin gimoteó un poco entre dormido pero siguió durmiendo tranquilamente después de unos segundos.

Lo cual era bueno luego de la horrible noche que habían pasado ambos, siendo despertados por terribles pesadillas de Jimin, producto del miedo.

Observando el rostro dormido de su omega, Yoongi acarició con el dorso de su dedo índice la mejilla del menor, odiando ver los rastros de lágrimas secas en ellas y el borde de los ojos irritados producto del llanto.

—Lo prometo —susurró no queriendo despertar al menor.

Inclinándose, posó suavemente sus labios en la rellena mejilla y se levantó de la cama despacio, con cuidado.

Saliendo de la habitación, el alfa se dirigió a la cocina donde se preparó un café y le dio de comer a la pequeña gatita.

Apenas y había dado un par de sorbos a su humeante café cuando un grito provino de su habitación.

Maldiciendo entre dientes, dejó su taza sobre la isla antes de correr al interior de la habitación, encontrando a un tembloroso Jimin observar perdidamente una esquina del cuarto mientras sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas.

—Está ahí... Él está ahí —murmuró.

—Bebé, ahí no hay nadie —pronunció Yoongi. Sentándose en la cama, acarició las pequeñas manos hasta que el omega soltó las sábanas y entonces arrastró el cuerpo del menor sobre su regazo—. Solo fue una pesadilla —prometió.

—Pero... Fue tan real —gimió escondiendo el rostro en su cuello—. Tengo miedo Yoonie, y lo odio.

—Lo sé, es entendible —consoló.

—Pero... —saliendo de su escondite, Jimin se levantó rápidamente y corrió a su baño. Dejándose caer en el suelo, se inclinó sobre la taza del baño.

Siguiéndolo, el alfa inmediatamente comenzó a acariciar la espalda del menor, esperando a que este terminara.

—Lo que me faltaba —bufo con voz rasposa el omega—. No molestes a papi ahora, pequeño —pidió Jimin colocando una mano sobre su abdomen mientras se enderezaba y recargaba en su alfa.

—¿Mejor? —preguntó el mayor luego de que pasaran segundos y la cabeza de Jimin no se volvió a perder dentro del inodoro.

—Eso creo —murmuró decaído.

Ayudando a su pareja a levantarse del suelo, Yoongi lo guio al lavamanos. Observó con atención a su pareja enjuagar su boca y lavar su rostro.

Tendiéndole una toalla, miró como secaba su rostro a través del espejo, preocupado por el decaído ánimo del menor.

Era extraño verlo así, preocupante.

—Estaré bien... —prometió Jimin, sintiendo la preocupación de su pareja.

Saliendo del baño, el omega se apoyó brevemente en el marco de la puerta cuando el mundo se sacudió levemente.

—Esto no me gusta —pronunció inquieto Yoongi, tomándolo entre sus brazos.

—Está bien, la noticia y los síntomas del pequeño renacuajo no van de la mano —se excusó permitiendo que su alfa cargara su cuerpo—. Más importante ¿no irás a trabajar? —preguntó.