Capítulo 59

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Yoongi estiró su brazo y apagó la alarma. Bostezando restregó sus ojos y volvió a girar para abrazar a su pareja, queriendo dormir unos minutos más antes de levantarse para ir a trabajar.

Pero al parecer Jimin tenía otros planes, o específicamente el pequeño cachorro dentro del omega.

Abriendo sus ojos con horror, Jimin se levantó de un salto de la cama, pasando sobre su alfa y corrió directamente al baño.

Sobresaltado, Yoongi se obligó a despertar bien y siguió a su pareja para detenerse frente a la puerta del baño cuando lo escuchó vomitar.

—¡No entres! —pidió desde el interior el omega, volviendo a hacer una arcada.

Suspirando, Yoongi intentó abrir la puerta de todos modos y la cerró inmediatamente cuando un objeto fue arrojado en su dirección.

Maldita sea, realmente debería de hacer algo con eso.

—¡No! —chillo el menor hundiendo la cabeza en la taza del baño otra vez.

—¿Qué sucede? —preguntó un adormilado Hoseok entrando en la habitación de la pareja luego de haber sido despertado por los chillidos de Jimin.

—Vómito —respondió el alfa, recargándose en la pared al lado de la puerta del baño.

—Oh... —exclamó Hobi entre un bostezo—. Leí que era bueno tomar un té de hierbas, ¿le preparo uno?

Al escuchar las arcadas de su pareja, Yoongi arrugó su nariz y asintió con su cabeza—. Por favor —pidió.

Sonriendo somnoliento, Hoseok salió de la habitación arrastrando sus pies con pereza.

Cuando los sonidos dentro del baño se detuvieron, Yoongi abrió suave y mínimamente la puerta para comprobar a su pareja, encontrándole sentado en el suelo apegado a la taza del baño con su rostro bañado en lágrimas.

Torciendo sus labios, el alfa volvió a cerrar la puerta y en cambio tomó su teléfono móvil, enviándole un mensaje a Namjoon que informaba de que llegaría una o dos horas tarde.

Lo que sea que tardara en calmar y ayudar a su pareja.

Volviendo al baño, Jimin alzó su cabeza y contempló a su pareja, inmediatamente intentó limpiar sus lágrimas mirando hacia otro lado.

—No me veas, estoy horrible —hipo.

Ignorándolo, Yoongi se sentó en el suelo detrás de él y lo levantó sentándolo en su regazo, fuera de las frías baldosas.

—Esto es horrible —se quejó el menor, acurrucándose en el cuerpo del alfa.

—Lo sé —murmuró Yoongi, acariciando la espalda del castaño—. Pero ambos sabíamos que los síntomas podrían presentarse tarde o temprano —le recordó.

Antes de que pudiera responder, el omega se volvió a inclinar hacia adelante.

—Hubiese preferido que nunca —bufó apretando sus labios, volviendo a acomodarse contra el cuerpo de su pareja—. Lo odio, quiero que se vaya, haz que se vayan Yoonie.

—Respira profundamente y exhala lentamente —indicó haciéndolo él mismo junto a su pareja—. Eso debería de ayudar... Creo. ¿Necesitas algo más? —pregunto ya acostumbrado a los berrinches de su pareja.

—Varias cosas, pero lo primordial es un exorcismo.

Sonriendo, Yoongi negó con su cabeza y besó la sien del menor.

—No creo que eso funcione, cosa corta.

—¿Estás seguro? —preguntó—. No lo sabremos si no lo intentamos —bromeó.

Un poco de amor (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora