Capítulo 42

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Hoy era el último día de celo de Jimin, y Yoongi estaba entre agradecido y algo preocupado.

Aunque la mayoría del día se lo pasaban entre besos, abrazos y caricias, cada vez que el efecto del supresor estaba por acabar, los intentos del omega para que hicieran el amor eran cada vez más tentadores y buenos, superándose a sí mismo.

Y el seriamente ya no creía que pudiera controlar a su lobo por más tiempo, el deseo de hundirse en ese pequeño y apretado agujero le estaba volviendo loco. Sus dientes picaban por morder el cuello del omega y poner su marca en él, demostrando que el hombre le pertenecía pero solo había una cosa que le detenía.

Las aún lastimadas costillas del menor y su estúpido lado protector.

Jimin murmuró algo entre sueños, llamando su atención y sacándolo de sus pensamientos.

La sábana se había deslizado revelando el desnudo y apetitoso cuerpo del menor hasta su cintura.

Jimin volvió a murmurar algo y giró sobre su lado derecho, soltando un gemidito de dolor al haber dejado uno de sus brazos bajo sus costillas malas.

Rodando sus ojos, Yoongi lo volvió a colocar con cuidado sobre su espalda.

—Estoy pensando seriamente en amarrarte a la cama para que no te lastimes a ti mismo más —amenazó besando los labios del omega castamente.

—¿Lo prometes? —pregunto Jimin abriendo sus ojos con pereza.

—¿No estabas durmiendo? —le preguntó divertido.

—Sí, hasta que te sentí cerca —sonrió y frunció sus labios por más besos que el alfa enseguida le dio.

La alarma en el teléfono del mayor les hizo separarse justo cuando el beso aumentaba de intensidad.

Jimin gimió disgustado, rodeando con sus brazos el cuello del mayor y con una de sus piernas su cintura, impidiendo que se alejara más.

—Jimin —advirtió ignorando los besos del menor—. Es hora de tus medicamentos.

—No quiero, quiero más besos —se quejó comenzando a lamer el labio inferior del alfa.

—Cosa corta, necesitas tomar tus medicamentos —dijo con un suspiro cuando el menor comenzó a besar su mandíbula—. Vamos bebé, no me hagas esto —intentó rogar, en ese punto, al alfa seriamente ya no le importaba nada.

—¿Alfa me dará algo a cambio? —pregunto finalmente el menor, observándolo con intensidad.

Ambos sabían muy bien qué era lo que el omega deseaba.

—¿Qué tal... Un masaje?

—¿Me llenarás? —preguntó en cambio, mordiendo su labio inferior—. Me dijiste que en mi último día haríamos el amor —le recordó.

Yoongi realmente no había esperado que Jimin recordara aquello pero debió de haber sabido que el menor simplemente no lo olvidaría.

—Jimin...

—Por favor Yoonie —interrumpió—. Mis costillas ya están bien, el doctor no me hubiera dejado irme si no fuera así. Tú estás exagerando todo —le reclamó con un puchero—. No estoy hecho de cristal, no me voy a romper si me tomas. Puedo ser un omega pero también soy un hombre.

—No te quiero lastimar —susurró Yoongi, acariciando el rostro del menor con dolorosa ternura—. Lo único que me mataría, sería yo lastimándote de cualquier forma, no podría soportar aquello, Jimin —confesó y omega no pudo escuchar una cosa más dulce que eso proviniendo de una persona como Min.

Un poco de amor (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora