Al día siguiente no entran mis doncellas a despertarme, pues dejé el seguro puesto toda la noche. No sé qué hora será, pero lo más seguro es que ya sea medio día, casi no dormí, sólo pude conciliar un poco el sueño alrededor de las seis de la madrugada cuando mis ojos estaban demasiado cansados para seguir mi ritmo de pensamientos. Me estiro en la cama, sintiendo la suave sábana de seda entre mis dedos, paso estos por entre mi cabello enmarañado y me tapo la boca mientras bostezo.
Observando el techo de madera oscura, suspiro. Hoy tampoco será un buen día, lo presiento.
Pongo mis pies en el frío piso y camino hacia mi sala de baño. Siento ganas de llorar nuevamente al ver las ojeras, la palidez y la tristeza que me devuelve mi reflejo. Ya casi no me reconozco, dos días han pasado desde mi cumpleaños, desde que cumplí los diecinueve años y todo ha cambiado, hasta yo. La chica chispeante y llena de vida ya no está, ahora sólo queda esta sombra, un vestigio de lo que una vez fui.
Todo por culpa de tres personas.
Mi padre, con el que arreglé cuentas ayer y con el que he roto relación. Por supuesto que desde ahora nada será igual entre ambos, yo perdí a mi padre y la confianza en él, pero él perdió a su única hija, y además perderá su nuevo título, en caso de que mi plan salga bien y logre entrar al convento.
Einar, el hijito de papi, el socarrón y ambicioso. Despreciable ser humano que decidió matarse a sí mismo para darle en el gusto a su pretencioso padre, y que ahora al parecer está empedernido con obtenerme como esposa después de ignorarme durante años en la niñez.
Y, por último, el emperador. Julián, como tienen permitido a sus amigos y familiares nombrarlo, es horrendo, lo más vil que pisa esta tierra. No le importó tratar a su hijo como basura, aunque Gerd intentó siempre ser el mejor en todo. No lo toca, apenas si le habla, y cuando lo hace es sólo porque hay personas alrededor. Con su hijo mayor la historia fue distinta, los mejores profesores, y tutores en todo, y así prepararlo para ser el siguiente soberano. Pero estoy segurísima, que, si pudiera hacerse inmortal, mataría a sus propios hijos y a cualquiera que se cruce en su camino con tal de seguir siendo el dueño de todo.
Esas tres personas me acaban de hacer la vida imposible. Desde que comenzó a salirme pecho que Einar comenzó a intentar volver a ser mi amigo, pero por más que lo intentaba yo sólo veía a una persona falsa, y ese desprecio que le di a él le molestó mucho. Mi padre comenzó a insinuarme que necesitaba marido desde los quince años, ya que mi periodo había bajado y varias de mis amigas estaban comprometidas con acaudalados señores, inclusive veinte años mayores que ellas. Por eso me negué la mayor parte del tiempo a conocer pretendientes, ya que los que buscaban mi atención era mayormente por ser hija de alguien importante. El emperador y mi padre son amigos desde jóvenes, algo así como Gerd y yo, por lo que siempre bromeaban sobre unir sus familias entre otras cosas. Estoy segurísima de que fue el gran señor quien metió en cabeza a mi padre la idea de casarme con su hijo, pues mi progenitor puede ser muy fuerte de carácter, pero es demasiado sumiso y fácil de convencer frente a su mejor amigo.
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ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.
ParanormalUn secreto se oculta bajo los suelos de tierra santa, algo oscuro y con un origen mucho más terrible del que se conoce, un niño encerrado que fue criado como monstruo, alejado de todos por ser hijo del ser equivocado, juntando rencor e ira contra aq...