CAPÍTULO 30

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Por los siguientes días no hablamos del tema, él lo intentó los primeros tres y ya desistió después

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Por los siguientes días no hablamos del tema, él lo intentó los primeros tres y ya desistió después. No quiero sentirme débil delante de él, quiero que vea que soy fuerte y aunque lo que me pasó fue un golpe de gran calibre a mi salud mental no quiero compartirlo con nadie. Los dos días siguientes a esos su actitud hacia mí cambió, con suerte me dirigía la mirada, y cada vez que topábamos nuestros ojos rehuía como si estuviese avergonzado o enfadado. Aquí algo pasaba y yo no me estaba enterando.

Al ver que As no me prestaba atención Nac se acercó a mí, para preguntar el porqué de mi estado de ánimo, que no me había dado cuenta tener hasta ahora.

Sentada en una pequeña banca del jardín trasero me encontraba, con un libro en las manos, uno que solían leerme cuando niña y que encontré en un mueble de la sala, lleno de polvo y sin usar.

—Creí que ese libro ya no existía en esta casa. —Dice Nac acercándose a paso lento pero seguro, vestido con colores cafés y grises, algo más alegre a lo que llevaba aquella noche, lo contrario a su aspecto más impresionante. —Mi tío solía leernos eso a Marie y a mí cuando pequeños, vigorizante, pero algo surrealista. —Entonces con su mano apuntó a un lado de donde estoy sentada. —¿Puedo?

—Claro, puedes acompañarme. —Le doy una sonrisa sincera. —También me lo leían en casa, me criaron para ser como la protagonista de este libro, aunque tal parece que fracasaron.

—Yo veo que sí se le parece, excepto que la protagonista no se me hace tan... llamativa, sus modales iguales a una princesa y su prestancia es digna de una reina.

Me sonrojo inevitablemente, ya que no estaba costumbrada a piropos con tal creatividad. —Gracias, pero no me hace sentir orgullosa, quisiera ser una mujer normal. Nunca fue mi sueño esperar al príncipe de brillante armadura que me rescataría de la torre, me escapé sola, era eso o me obligarían a casarme con el dragón.

—Lo siento por eso, quizás hubiese servido habernos conocido antes, y con esto no quiero faltar el respeto, sólo creo que en otras circunstancias pudiésemos haber sido muy buenos amigos, y quién sabe quizás algo más.

Lo contemplo seria mientras me dice todas esas palabras que sin darme cuenta producen un leve nerviosismo en mi ser. Sus facciones son tan hermosas como las de As, pero con sus cejas más pobladas y el cabello corto, y esos ojos azules como cielo. Atractivo era sin duda alguna.

—No sabría decir eso, son cosas que no pasaron y por ende no es correcto hacer suposiciones. Espero que ahora que nos conocemos podamos llevarnos bien y quizás convertirnos en buenos amigos, aunque sigo resentida por cómo trató a As. Él no se merece nada malo.

Entonces él hace una mueca con su boca, como si quisiera reír de una manera irónica. —Mis disculpas por eso. Comprendo lo que quiere decir, espero que podamos ser amigos, los dos estamos en esto sin querer. —Me regala una sonrisa. —Por cierto, quería hablar contigo sobre algo en concreto, Lena. Quisiera saber si te encuentras bien luego de lo que...

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora