Los observo desde lejos. Mis manos tiemblan de ira al ver como ella le sonríe, y como él toca su espalda con confianza.
Quiero separarlo de ella y arrastrarlo a donde nadie lo encuentre jamás, meterlo bajo tierra y que sus gritos jamás sean escuchados por nadie.
¿Quién es? ¿Por qué la toca así?
Y mi autocontrol cede cuando veo que él besa su frente mientras que ella lo abraza.
No. Eso no. ¡Que es mi mujer!
—¡Grandulón! ¿Qué pasa? —Me susurra Eligos viendo la reacción de mi cuerpo, con la ira fluyendo por mis poros. ¿La ira es mi poder? Obviamente, y ahora lo dejaré muy en claro. —¡Detén tu mente! Que no es lo que crees. —Me habla tan bajo que nadie más se percata que intenta calmarme.
Le doy una advertencia con la mirada y levanta las manos en modo de rendición. —Muy bien, no me hagas caso, pero cuando ella se enoje contigo por ser un bruto no vengas a mí con el rabo entre las piernas.
Se siguen abrazando sin notar su público, haciendo caso omiso a todo su alrededor, así como siento yo cuando sus labios se hacen míos.
—Bien. —Dice ella incómoda y nerviosa al darse cuenta que la miramos espectantes. —Él es Gerd PrideHeart, Príncipe Segundo Heredero del Imperio Dragón. —El tal Gerd hace una raverencia extraña que es recibida por mis acompañantes, sin embargo me siento tan tenso que no le respondo nada. —Y ellos son Nac, Eligos y As.
—¿Sólo eso? Sin presentaciones ni apellidos, tampoco títulos. ¿De dónde son? ¿A qué realeza pertenecen?
—Soy un príncipe. —Eligos se hace notar con su orgullo natural, pero rápidamente su entonación cambia al presentar a Nac, a quien golpea con fuerza en su espalda. —Y él también lo es. La única diferencia es que fui planeado y soy muy querido por mi familia.
Entre dientes dice algo el aludido, pero no logro entender qué, ya que mis ojos y mayormente mis sentidos están puestos en la pareja que se tocan con familiaridad.
—¿Quién es el callado y que parece que va a matarme? —Dice su amigo al ver mis ojos puestos en él. Mi mujer gira su cabeza para encontrarse con mis pensamientos oscuros, topándose de lleno con los celos y posesión que ya empieza a picarme las manos.
La sonrisa encantadora que me da logra tranquilizar mis impulsos, pero no acabarlos del todo. —Él es de quién te hablé antes de salir del convento.
Entonces aquel hombre no me mira con desconfianza, sino que sus ojos se iluminan y una sonrisa amistosa asoma sus labios.
—Oh. Me alegra conocerte al fin, As. Que gusto que ambos saliesen de aquel lugar.
¿Eh? ¿Lena le ha hablado de mí?
Veo que ella estira su mano hacia mí para apoyarnos mutuamente, sin embargo, no conforme con ello me abalanzo sobre ella y la abrigo con mis brazos gruesos alrededor de su frágil y hermosa figura. Miro a Lena que está apoyada en mi pecho, beso su coronilla mirando fijamente a su amigo. Que le quede claro que sólo yo puedo tocarla de esa manera. De inmediato la ira acumulada en mi se desaparece dando paso a un sentimiento totalmente distinto y contrario.
De reojo observo a Eligos que se sujeta el abdomen mientras trata de retener la risa que le ha entrado. —Uh. Alguien experimenta celos. —Dice y se marcha para ir en busca de esos animales malvados en los que hemos venido.
La suelto, pero recibo una mirada de reproche de su parte por la escena de celos y mi poca educación al no saludar como corresponde. Parto para ayudar a mi primo y al llegar junto a él palmea mi espalda sin cuidado. —Te lo dije grandulón. —Me dice al verme llegar. —La has hecho enojar. Pobre de ti luego.
Y riéndose me deja sólo observando en la oscuridad a aquella pelirroja del brazo de su amigo, sintiendo un pequeño pinchazo dentro de mí. El miedo de perderla me atrofia, pero la seguridad de sus labios y sus palabras me dan lo que necesito para creer que ella es la indicada para ser mi compañera por toda la vida.
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ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.
ParanormalUn secreto se oculta bajo los suelos de tierra santa, algo oscuro y con un origen mucho más terrible del que se conoce, un niño encerrado que fue criado como monstruo, alejado de todos por ser hijo del ser equivocado, juntando rencor e ira contra aq...