CAPÍTULO 28

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—¿Ma

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—¿Ma... matarlo? —Pregunto angustiada.

—Sí, el segundo hijo de mi hermano está consumido por la avaricia, y sospecho que fue él quien asesinó a su propio padre, claro que con ayuda, tiene a penas dieciocho años como planear todo eso él solo. —Con un suspiro me cuenta sobre estos días. —Han pasado varios días desde su muerte y aun no puedo creer que ya no esté con nosotros, que se haya dejado morir de esa manera. ¿Sabes quién encontró su cuerpo? Yo. Siempre tuvimos una conexión especial, busqué por un par de días hasta que di con su cadáver, y sólo había indicios de envenenamiento, eso nos deja sin pruebas para inculpar a alguien.

—¿Cómo usted sabe eso? —Digo desconfiada. —¿Cómo se ha enterado que As sigue con vida?

—Por un ángel que tiene mi estima, un Arcángel a estado cuidándolo desde las sombras, era el único en todos los mundos que sabía de su existencia, y al suceder esta desgracia no tuvo otra opción que contármelo para que viniese a ayudarlo. Me contactó ayer, me dijo toda la historia, me condujo a su paradero y aquí estoy. Me pidió mantener su identidad en secreto para no tener problemas con nadie.

Sobrepasada por todo nuevamente apoyo mi cabeza en el respaldo de la cama y observo el techo como si fuese lo más maravilloso del mundo. —Encuentro que lo que ocurre es tan... poco creíble que no tengo palabras para describirlo.

—Lo entiendo, pero ya no hay que dar marcha atrás, ya que tú también estás en peligro. Antes de venir aquí fui al convento y me encontré con un ambiente bastante diferente a lo que pensé. Estaba en llamas y soldados del Emperador buscaban desesperados a una tal Lena McLeeon, hija de un lord que se había escapado, además te buscan por asesinato, aunque imagino que fue en defensa propia, para ser un caído murió bastante rápido en manos de mi sobrino. —Podría jurar que el rostro que tengo ahora no hace justicia a lo que siento en realidad. Hay tanta confusión en mí que no sé qué responder a ello. —Sí, era un ángel caído, que vendió información para obtener redención.

Y me siguió contando todo, los lazos de su familia y los nombres de sus diez hijos. Confesó que el Emperador Julián estaba buscándome desesperadamente, y que había notado el rumor que se extendía por el Mundo de demonios, que Heatscar no poseía ninguna marca, por lo que pronto As estaría en búsqueda. Qué bueno que escapamos antes.

Dejándome aturdida con toda es información llamó a mi tía para que viniese a calmarme. Sí, mi tía estaba metida en este embrollo también.

—Yo también lo sabía, es por eso por lo que no quería que estuviesen cerca. Pudimos deshacernos de él al escapar, pero no me tomaste en cuenta.

—No podía hacerlo, prometí ayudarlo y eso hice.

Entonces toma mis manos y las aprieta contra su pecho. —Aún podemos hacerlo, Lena, lo dejamos aquí a cargo de su gente mientras nosotras nos vamos fuera del Imperio.

Quito mis extremidades de sus latidos y las pongo lo más lejos posible que se me permite al estar recostada. —No puedo hacerlo. ¿No entiende? No puedo dejarlo sin nada, sólo me tiene a mí por ahora, Lumoria volverá en dos semanas y allí podré dar un paso al lado, pero ahora no puedo dejarlo, se me hace imposible. —Agarro mi cabello con ambas manos y siento una presión en mi pecho, agobiada y sin saber que hacer. —Agg. No sé qué hacer tía. Quiero quedarme aquí, pero le hice una promesa. Además, con él me siento tan... tan... —Digo sin saber encontrar palabras y sentido a lo último salido de mi boca.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora