Un secreto se oculta bajo los suelos de tierra santa, algo oscuro y con un origen mucho más terrible del que se conoce, un niño encerrado que fue criado como monstruo, alejado de todos por ser hijo del ser equivocado, juntando rencor e ira contra aq...
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Vestida y limpia aparezco en la casa de Gerd y Danna, ya que desde ayer en la tarde no volví a verlos. Estuve ocupada lo que quedó de día y parte importante de la noche. Aún siento un poco de molestia en ciertas zonas por todo lo sucedido, pero por más que me incomodara no podía calmar mi hambre de As. Lo necesito a cada momento, casi como una adicción.
La sonrisa radiante con que me recibe mi amigo me da a entender que ya lo sabe.
—¿Podemos hablar? —Pregunto antes siquiera que me invite a pasar. —Vamos a caminar.
Se queda quieto un momento y luego da unos dos pasos dentro de la casa para gritarle a Danna que volverá en unos minutos.
—¿Ya lo sabes? —Dice cuando comenzamos nuestra caminata.
—No te haces una idea de lo feliz que estoy por ti Gerd, es maravilloso que formes una familia y más aun con Danna. Aunque hay algo que me preocupa un poco, no sé si ella te ha confiado esto, pero como amiga tuya que soy siento que es mi deber interceder.
Caminamos por el centro del poblado tratando de ignorar las caras curiosas y algo espantadas que nos recibían, no como antes que siempre había una sonrisa y niños corriendo por nuestros alrededores.
Nos tienen desconfianza, ahora que saben la existencia de demonio y ángeles dentro de nuestro grupo -desde ayer- ya no confían en nosotros.
—Si hablas sobre el amor que siento por mi esposa déjame decirte que sí la amo.
Veo justamente en ese momento a Eligos que camina lentamente un poco lejos de nosotros, lo suficiente para vernos a la perfección, pero para no escuchar lo que decimos. Gerd levanta la mano a modo de saludo al igual que yo, sin embargo, cuando mi amigo siguió su camino el demonio movió ambas cejas de modo juguetón, mientras en sus labios se leía "¿Dormiste bien?". Miro hacia el frente al darme cuenta de que como demonio de la lujuria debe haberse enterado de todo aquello, y no sólo él, sino todos sus hermanos. Qué vergüenza.
—Me he enamorado de ella, es un sentimiento que jamás pensé sentir. No se lo había dicho por miedo, pero ahora que vamos a tener nuestra propia familia se lo he confesado esta misma mañana.
Nos detenemos y me lanzo a sus brazos con lágrimas en los ojos. —Mi mejor amigo está enamorado. ¡Que feliz estoy!
Nos quedamos abrazados un buen rato conversando de la vida y del futuro que nos depara el destino, le hablé sobre mis sueños y lo mucho que amo a As. Conversamos de nombres y del posible sexo del bebé, ambos concordamos que sería varón porque en su familia se ha vuelto una costumbre con los primogénitos, aunque si fuese niña estaríamos igual de felices y extasiados. Me ha contado también que Nac está en su casa y que se ha quedado por mí, para ayudarme y cuidarme cuando sea la hora de la batalla.
Después de muchas historias y risas nos fuimos a su casa en donde se supone estaría Nac. Tenía una conversación pendiente con él, algo de suma importancia. Se ha hecho indispensable para mí, así como Eligos y Sami, que se han llevado parte de mi corazón.
