CAPÍTULO 38

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Corro lo más rápido que puedo y lo que el viento me deja, cayéndome un par de veces en el proceso

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Corro lo más rápido que puedo y lo que el viento me deja, cayéndome un par de veces en el proceso. Mis rodillas están rasmilladas y mi vestido roto en la falda, pero no importa.

Enfoco la pelea y me llevo una sorpresa al ver que son Nac y As. Se dan puñetazos con furia.

—¿Lena que haces? —Dice Botis al verme caminar hacia donde están ambos con dificultad.

Lo ignoro. Ignoro a todos los que intentan detenerme.

—¡As! —Ninguno de los dos me escucha, por lo que sigo avanzando. —¡Chicos paren! ¿Por qué no detienen esto? —Les digo esta vez a los demonios que observan.

—Porque el rey debe terminar la pelea. —Escucho la voz de Astaroth con su timbre desagradable habitual.

Miro a Eligos que está tan impactado como yo. Da dos pasos adelante, menos perturbado que yo con el incontrolable viento, e increpa a Astaroth mientras que veo aturdida cómo Nac lanza la suelo a As. —Debemos detenerlos, él no es como nosotros. No dejaré que su pensamiento cambie, la marca lo eligió porque es diferente y tiene capacidades que nosotros no, no es un asesino ni un manipulador. Sólo es un chico aprendiendo a vivir.

No espera respuesta, aunque no me dio la impresión de que buscase una.

Antes siquiera que pudiese llegar a la batalla vemos sorprendidos al ángel brillando, no como lo vi en el bosque aquella vez, sino mucho peor. El destello era tal que tenía que cerrar más mis ojos, casi en totalidad. Sus manos estaban en blanco y de ellas salían unas chispas parecidas a los rayos de las tormentas.

—¡No soy tu enemigo! ¡No soy un ser inferior! —Grita en medio de aquel tornado. —¡No soy un debilucho y ya es la maldita hora que me comiencen a respetar!

Entonces un gruñido sale del pecho de As en respuesta mientras no se queda atrás. —¡Sabes que no es por esas razones! ¡Quieres algo que no puedes poseer y no tienes la decencia de ocultarlo! ¿Eso es lo que llaman honestidad y valores en tu mundo? ¡En el mío no!

—¿De qué mundo hablas? ¡Has vivido encerrado toda tu vida! ¡Éste es tu mundo! ¿Crees que Lena se merece que desconfíes de ella de esa manera? ¡Te han estado envenenando la cabeza y no te das cuenta!

—¡¿Qué sucede aquí?! —Grito a más no poder. Eligos entonces corre hasta ellos y se planta en medio de ambos, siendo ayudado por Botis que también se coloca de barrera. —As, deja de pelear. Nac no es tu enemigo, ustedes no son enemigos. Están del mismo lado de la balanza.

Veo cómo el semi-ángel cambia su vista hacia mí, con aparente enojo por mis palabras o mi presencia. —Ese es el gran problema Lena, yo ni siquiera debería estar metido en esto. Extraño mi vida, sólo me dedicaba a asesinar a los demonios que no cumplían con las reglas dentro de mi pueblo, pero estar metido en esta guerra en que no tengo nada que ver es otra cosa completamente distinta.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora