CAPÍTULO 31

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Holaaa Readers perversoos!! ¿Hoy es martes? Sí, hoy tenemos capitulazo y el jueves a las 21 hrs (hora de Chile) subiré un fragmento extra, que llevo prometiendo desde hace dias. Bueno guapas y guapos, espero que se encuentren muy bien, gracias por el amor que me dan y espero llenar sus expectativas. Un abrazo a la distancia.

—¿Un baile a nuestro nombre?

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—¿Un baile a nuestro nombre?

—Sí. Ya todos están preparando sus cosas, se hará en la sede del pueblo, para darnos la bienvenida al vecindario, además que antes yo vivía por estos lares y quieren recibirme como se debe. —Comenta mi tía.

—¿Y en cuanto tiempo?

—En una noche, no es necesario llevar vestidos tan extravagantes ya que aquí todos tienen la misma calidad de vida, por eso tan poco tiempo de antelación.

Me levanto del sofá en el que nos encontrábamos para tratar de arreglar un poco de cosas para entonces. —Iré a ver a As, de seguro no tiene idea sobre esto.

Salgo de allí para ir a la parte trasera de la casa, al jardín. Veo que está sentado en aquella banca de madera con los ojos cerrados de cara al sol.

Al estar iluminado sus cabellos se ven mucho más claros, pareciendo casi rubios, siendo que eran de un color ceniciento más oscuro. —Te buscaba. —Reí. —Sólo te faltan las torrejas de mandarina para parecer un anciano tomando el sol. ¿Qué haces aquí?

—Me gusta el sol, me gusta la luna, son cosas que no estoy acostumbrado a ver ni a disfrutar.

Estira sus brazos en mi dirección en una clara invitación que quiere que lo acompañe, por lo que me siento a su lado en la misma posición.

—También me gusta sentarme a tomar sol, pero más me gusta observar las estrellas en la noche. De hecho, cuando era niña imaginaba que las noches eran románticas, que mi gran amor me tomaría de la mano y besaría en una luna llena, aunque ya ese pensamiento casi se ha esfumado, lo oscuro se me hace más peligroso que hermoso, no se puede contemplar tranquilamente estando alerta todo el tiempo. —Suspiro. —En fin, no veía a esto. Quería saber si te han avisado sobre un baile para celebrar nuestra llegada.

—Un... ¿qué? ¿De esas cosas en donde todos ríen, comen y giran?

—Exacto. Al ser a quienes celebran estamos obligados a ir, ¿q-quieres acompañarme?

Abre uno de sus ojos frunciendo de paso su nariz. —Habrá mucha gente, m-me sentiré raro. Además, no sé... bailar.

—Eso se arregla. —Respondo levantándome y estirando mi mano hacia él. —¿Te gustaría aprender a bailar conmigo?

Abre ambos ojos con terror, pero al cabo de unos segundos va calmándose y se levanta para quedar frente a mí. —Espero no ser tan... desastroso.

Le sonrío. Le explico un poco de teoría y modales antes de la práctica, y cuando veo que ya ha entendido un poco del trato entre personas decido que es el momento de guiarlo en los pasos.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora