CAPÍTULO 27

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Holaa!! ¿Cómo están? Espero que cuidándose como corresponde, la cosa se está poniendo fea (así como yo, je xD) Capitulito amargo y extraño. Las incógnitas se irán resolviendo a medida que avancemos. 

Si te gustó por favor dale un voto, y si quieres expresar algo conmigo comenta y te responderé a la brevedad.

Basta de parloteo, ahora sí. 

Buena lectura readers amados. 

—No

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—No. No es tarde, encontraré la manera de ser libre, no.... No puedo. —Veo como una máscara de tristeza se crea en la cara de As, soy testigo y culpable de cómo su corazón se rompe en mil pedazos después de que prometí no lastimarlo nunca, pero estoy en la desesperación y no sé cómo tratar esto que viene. —As yo... yo...

Las ganas de llorar me inundan, pero la tía de As sigue increpándome, haciéndome explotar. —¡Ya es muy tarde! Lo puedo ver y oler. ¿Acaso no ves que te necesita? No puedes abandonarlo y lo sabes, ya lo sabes, pero no lo quieres admitir. ¡Admítelo!

—¡No sé de qué habla! ¡Déjeme en paz! —Intento salir de la habitación, pero la puerta esta trabada, seguramente con su poder.

Un trueno hace acto de presencia y la lluvia comienza a caer torrencialmente. —Admítelo y tu vida será más fácil, niña.

Miro angustiada como todos me observan, As con puños apretados y la vena en su cuello marcada. Me rompe verlo en ese estado y saber que está de ese modo por mí, pero ahora no puedo agregarle culpa a mis problemas. No es que no quiera estar a su lado, que sea un demonio no me importa mucho, eso explica muchas cosas que me hacen tranquilizar, mas su vida es totalmente diferente a la que yo quería darle. Tengo un Rey a mi lado, un Rey que pasará peligros y que seguramente repercutirán en mi vida.

Me escapé de todos los sitios para estar segura y tranquila, pero esto es algo muy diferente.

Sigo intentando abrir la puerta hasta logro mi cometido mientras siento que As me llama. Camino por el pasillo chocando con las paredes del sofoco que siento. La puerta de tía Karen se abre, de seguro despertando por los gritos que ha escuchado. —Mi vida. ¿Qué sucede?

—Nada. Déjeme sola por favor.

E increíblemente lo hace, me deja sola, pero en vez de seguirme como pensé que haría, va en dirección a la habitación de As. Se enterará de todo y seguramente intentará alejarme de él.

Corro escaleras abajo y salgo de la casa no importándome de dejar la puerta abierta, ni mojarme en el trayecto que seguiré. Rodeo la morada y voy al corral de caballos en donde mis dos amigos relinchan al verme. En un montón de paja veo una buena manera de desahogar mis emociones, y en la habitación de aquel que fue mi transporte, me siento con la espalda apoyada en la madera de la pared y las rodillas en mi pecho, mientras las abrazo con los brazos.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora