CAPÍTULO 34

718 97 39
                                    

—¿Qué Rey? —Responde Eligos asustado, sin embargo, no quita esa sonrisa burlona de su cara ni cambia la actitud que lo define

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué Rey? —Responde Eligos asustado, sin embargo, no quita esa sonrisa burlona de su cara ni cambia la actitud que lo define. —No veo ningún rey aquí. A menos que te refieras a mí, porque puede que haya un rumor sobre el sobrenombre que tengo entre las damas. —Guiña un ojo. —Les encanta ponerme coronas cuando estoy desnudo...

—¿Te atreves a hacer bromas en un momento como éste? —Le susurro, pero me ignora.

Entonces las capuchas son sacadas de sus cabezas y muestran sus rostros. Me quedo sin habla al ver lo hermosos que son y denotan una magnitud de jen tal que hasta creo que el mismo Eligos quedaría igualado.

—¡Ya deja de jugar! —Dice una mujer de cabellos blancos saliendo se la fila. —¿Eres Asmodeo? —Pregunta de forma directa a As.

Él pone su mano en la espada inmediatamente.

—Nosotros ya nos vamos, pero fue un gusto verlos. —Sigue jugando Eligos cuando es más que obvio que no lo toman en cuenta.

La chica pasa al otro sujeto de cabello largo y se acerca sigilosa a nosotros sin quitar su vista de mi As en ningún momento.

—Sí que te pareces a él. —Una sonrisa melancólica se forma en sus bonitos labios. Me preocupo de lo bonita que es y la atención excesiva que le está brindando a As. —No quiero asustarte. No te haremos nada, soy Samigina, pero me dicen Sami, soy hermana de este idiota que intenta asustarlos.

Tanto As como yo soltamos el aire que hasta ahora habíamos retenido, mientras que Eligos se comienza a reír escandalosamente. Enfurecida por su broma de mal gusto lo golpeo en sus partes nobles con la rodilla a vista y presencia de todos, quienes se largan a reír.

—¡Eres un estúpido! ¿Cómo pudiste asustarnos de esa manera?

—Era el momento. —Dice con voz quejumbrosa agarrándose su dolencia. —No podía desaprovechar la oportunidad.

Un par de chicos iguales se carcajean más no poder, de rostro son exactamente idénticos entre ellos y tienen un gran parecido a Eligos, sólo que su cabello es azabache. Al ver mi curiosidad en ellos, se miran entre sí y se acercan a mí con andares seguros, su actitud ya no daba risa, sino que un calor comenzaba a crecer en el aire tal como cuando vi a Eligos por primera vez.

—¿Qué tenemos aquí? —Cuestiona uno de ellos.

Al verlos de cerca me doy cuenta de la heterocromía que poseen, un ojo rojo furioso y el otro de un color anaranjado más tenue. —Una humana hermosa con piel de porcelana y cabellos como fuego. —Gira alrededor de mí aquel que habla mientras el otro observa mi cuerpo con descaro. As vuelve a tomar posesión de mi mano y me arrastra a su pecho.

Eligos se acerca al que tenía la mirada en mí y golpea su estómago con fuerza desmedida, pero aun así no hace ni una mueca de dolor. Se acerca a su oído y murmura algo que no logro escuchar, el chico levanta su vista rápidamente a mí y observa intercaladamente varias veces la unión que tengo con As.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora