CAPÍTULO 47

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Bueeeenos días, tardes y noches. ¿Cómo están? Yo muy bien, aquí trabajando para ustedes y para mí. Hay un dato peculiar que he aprendido en la universidad y sé que seguramente no les servirá de nada, pero me gustaría compartirlo con ustedes. ¿Sabían que algunos lagartos o lagartijas tienen dos penes? Que raro... ajajaja

Bueno, eso. Nada más que decir. Que comience el drama...

Pasan unos pocos días y ya nada es igual

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Pasan unos pocos días y ya nada es igual. Esa llama dentro de mí se había estado apagando. El asco que me daba cada vez que miraba el espejo había logrado que ya ni siquiera hiciese el intento de mirar algún reflejo. Sólo veía en mí el sufrimiento de aquella mujer a la que llamo tía, soy demasiado parecida a ella y no lo merezco, me avergüenza ser su hija, no por ella, sino porque no soy digna de eso. No entiendo cómo no me odia, sabiendo que vengo del acto más ruin existente. Yo soy su maldición, soy su inocencia, soy su gran vergüenza.

A mi padre no lo he increpado, a pesar de verlo a diario. Sé que se da cuenta que algo sucede por la manera en que actúo, no le dirijo la palabra, no hago el amago de mirarlo cuando me habla y no comparto nada con él. Espero el momento indicado para hacerle ver que en la vida no tiene nada, sólo ha acumulado el odio de las personas.

Pero ya es hora de tomar las riendas de mi vida, nuevamente, porque ahora estoy en el suelo y por ellas debo levantarme.

Entonces cuando creí que estaba preparada es que soy llevada a la fuerza al despacho que le han dado a mi padre. Nos observamos como siempre, sólo que ahora en mí no hay ni una pisca de cariño hacia él.

—Diez días. —Interrumpe el silencio. Al notar la confusión en mi rostro es que especifica. —Para tu matrimonio con Einar.

Me levanto de la silla tan enojada que no puedo contenerme y lanzo al piso todo lo que encuentro sobre le escritorio de mi padre.

—¿Diez días? ¿Estás loco? ¡No-me-casaré!

—Claro que sí. Será algo rápido y simple, no habrá más gente que nosotros. Será un matrimonio básicamente de emergencia.

Me giro dándole la espalda al hombre que a la fuerza me engendró.

—¿No te importa lo que yo sienta? ¿Acaso no tienes corazón? ¡Einar trató de abusar de mí! —Sollozo. —¿Eso no te importa? Tu hija se casará con un acosador, estás entregando a tu hija a una vida miserable.

Su rostro -antes sin expresión- ahora se torna un poco sorprendida.

—No importan las razones, debes entender que esto es por algo más grande que tú, que yo, que todos nosotros. No me importa ya con quién te cases, porque ya no tienes valor como mujer, agradecida deberías estar porque Einar quiera seguir con esto aunque no seas pura. —Carraspea. —Lo harás porque, sino, tu madre y tía serán las que paguen.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora