CAPÍTULO 18

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Karen Fitspatrick

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Karen Fitspatrick

Mi niña, mi pobre niña, ha pasado por tanto por culpa de parecerse a mí, su padre la ha ignorado durante toda su vida, y cree que por ponerle profesores de buena calidad y los mejores regalos, ella le tendría más afecto. Su manera de criar está totalmente errada, él educó un prospecto para casarse con alguien de buena familia, pero yo creé el espíritu libre que lleva dentro, solo me bastaron unos meses para hacerle ver a Lena que no todo en la vida se trata de dar en el gusto a un hombre, el cual no mueve un dedo por ti en algunas ocasiones.

Camino por los pasillos del -que desde hace unos años- es mi hogar, aquel lugar en el que no paso hambre ni frío, pero que al igual que Lena, me da la imposibilidad de sentirme libre totalmente.

Es un tema delicado el por qué me encuentro aquí, por eso es que nadie lo sabe, excepto la antigua madre superiora y el padre de Lena, Dago, el ser humano que merece mi total desprecio. La antigua madre superiora no pensó mucho antes de darme apoyo y recibirme de brazos abiertos, al igual que el obispo a mi sobrina. Lástima que su deceso fuera tan pronto, un problema al corazón fulminante y ya todo había acabado para ella. Siempre la recordaré con cariño.

Recuerdo sus enseñanzas, sus atenciones, sus historias. La entrada en edad la hizo sufrir una enfermedad a la cabeza, la cual hace que varios recuerdos se borren o creen unos nuevos, lo que la hacía contarme las historias más deschavetadas.

Aunque luego de saber la verdad sobre lo que esconde el sótano ya no lo veo tan descabellado.

Hay muchas cosas que me contó que ahora veo con otros ojos, por ejemplo, que un monstruo estaba encerrado bajo tierra. Me imagino el escándalo que debió haber por ese tiempo en este lugar, pobre muchacho que tuvo que soportar todo ese odio. Pero todo eso cambiará, no soy igual al resto y sé la verdad, sin embargo, hay partes de esta problemática que me faltan.

Existen cosas que siento no tienen explicación.

Cuando conversé con aquel muchacho vi que en su mente había resentimiento, pero también había otro sentimiento, o más bien una personalidad más fuerte de la que aparenta la cual se notaba encerrada, como que algo dentro de él quisiese salir. Esa mirada es la misma que tenía mi buen amigo Jamie, con el que me fui poco tiempo después del nacimiento de Lena. Él era diferente, pues tenía gustos algo prohibidos según la sociedad, pero supimos hacer las cosas tan bien que nadie sospechó nunca que gustaba de hombres. Esas miradas tienen ambos, no digo que ese chico también tenga los mismos gustos, pero hay algo que esconde, algo que quiere dejar salir y que no puede, algo lo detiene. Y eso es lo que voy a averiguar.

Sé de la existencia de un diario, que perteneció a la difunta Madre Superiora, y es lo que necesito para poder saber más sobre el hombre al que voy a ayudar.

Camino, decidida, hacia la habitación de la Madre Superiora actual, rezando internamente por no encontrármela en esos aposentos. En varias ocasiones la difunta me comentó de su lugar secreto, que estaba bajo una alfombra, bajo el suelo de madera. Nunca me enteré si dicho escondrijo fue desmantelado, pero esperaba que no, pues era mi única esperanza de que la información que necesitaba llegase a mí.

ASMODEUS: Las Cadenas del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora