A veces olvidaba que Canadá no podía sentir sus feromonas, que la coquetería basada en su olor fuerte no funcionaba, pero a veces desearía que así fuese. Porque mientras él estaba al borde de la excitación, su maplecito seguía usando esa pequeña lengua para saborear su helado de cono.
—Es extraño que de pronto la gente se haya alejado —Canadá miró a su alrededor.
—Sí —intentó reír, pero fue difícil.
—Supongo que es porque hace mucho calor.
México sabía que no era el calor, al menos no del sol, pero sí de sus ganas por lanzarse encima del canadiense beta que lo traía loco. Estaba emitiendo feromonas territoriales a lo pendejo porque no quería que nadie más viera a su tesoro, pero se pasó de la raya y ahora parecía que su celo se iba a adelantar... Y la culpa era de ese güerito hermoso.
—Creo que me quitaré la camisa —hasta Canadá tenía calor.
—¡No!
—¿Eh? —Canadá arqueó una ceja— ¿Por qué?
—Maplecito... Mejor... ¿Por qué no vamos a casa?
—¿Te sientes mal?
—Maple —jadeó ya sin poder soportar su propio calor—, justo ahora quisiera quitarte más que la camisa y meterte mi verga hasta el fondo de tu... —México se cubrió la boca, su lado animal se había soltado un poquito.
La expresión de Canadá fue una joya, México quiso reírse, pero prefirió seguir cubriendo su nariz o estarían en problemas. Además, la vergüenza en su maplecito era adorable, pero fue un patán y necesitaba disculparse o...
—Es... ¿Es tu celo? —susurró apenado—. Lo siento, Mexique... No pude darme cuenta —se acercó despacio, temeroso y avergonzado—. Es lo malo de ser un beta —sonrió forzadamente antes de besar la frente del mexicano—. Lo siento.
ESTÁS LEYENDO
Dulzura [México x Canadá]
FanfictionConjunto de drabbles CanMex con temática omegaverse.