Lexodia

Más Momentos Tranquilos, excepto para Vag

Onmund y Galbam, Camino a Barnelo...

Onmund y Galbam caminaban por el Camino del Pastor y Onmund le contaba historias sobre el lugar, de esa manera Galbam se enteró de que el camino se llamaba así por los granjeros y agricultores que cruzaban el camino para vender sus productos en el pueblo. Ya se veía la silueta de la ciudad. En todo el rato se estuvieron contando experiencias pasadas.

—¡Jamás habría creído que el ataque del malévolo Gil-Garald sería la causa de tu cojera!—Exclamó Onmund asombrado.

—A veces molesta, pero entonces pienso en que matamos al maldito dragón—Respondió Galbam.

—Ese árbol lo planté cuando era un crío—Comentó Onmund mientras señalaba un árbol muy hermoso a un lado del camino.

—Se parece al Árbol Milenario—Comparó Galbam—De la vieja Bern.

—Alerión me relató que Bern ardió—Comentó Onmund.

—Si...—Recordó Galbam con melancolía al recordar al Rey Loriel, a Merkel, a Anglicabix, a Galelor y compañía—Gil-Garald atacó.

—Siento pesar en tus palabras—Dijo Onmund—Si no se filtrá te envenena el corazón y te pudre el alma.

—Es que suelo pensar en que se pudo haber evitado—Respondió Galbam—Diego, Ramen, Galelor, Alerión, Javier y Agarer entrenaron para defender Bern de cualquier daño, sin embargo, nosotros nos reímos porque Bern no tenía valor estratégico y tampoco eramos muy ricos, eso les llevó a tomar la decición de ir a realizar encargos por toda la región, luego Gil-Garald atacó Bern cuando solo habían diez miseros guardias que nunca antes habían luchado antes y solo Frédek, Miriam, Valentina, Merkel, Sesmar y yo escapamos, después nos encontramos con Diego y Javier que ya estaban volviendo y llegamos a Hamzterdan, menos Sesmar y yo que caímos en un río durante el asalto de dos orcos y una quimera, luego Gil-Garald devastó Hamzterdan e hipnotizó a Agarer, Galelor, Alerión y Ramen en los generales de sus hordas. Si nosotros les hubiesemos creído tal vez todo se hubiese evitado y no habrían muerto tantos.

—¿Y si no?—Preguntó Onmund.

—¿Ah?—Dudó Galbam.

—Si ellos se hubiesen quedado tal vez hubieran muerto todos y Gil-Garald sería el gobernante de Viento Cortante e Isla Lukai—Explicó Onmund—Yo pienso que el destino o algo similar hace que las cosas pasen por alguna razón.

—Gracias Onmund—Dijo Galbam mientras suspiraba.

Al cabo de un par de horas llegaron a Barnelo.

Barnelo era la primera gran ciudad a la que llegaban desde que salieron de Bern. Sus estructuras eran de piedra y se encontraba construida con forma de estrella (más o menos), el palacio era muy lujoso y ahí vivía la Reina Sofía Abila.

En la entrada de la ciudad comenzó la despedida.

—Aquí te dejo amigo, espero que tengas suerte en tu cometido—Dijo Onmund al tiempo que abrazaba a Galbam.

—Y yo espero que puedas desmantelar al Concilio Oscuro—Le respondió Galbam.

María y Luis, Persecución de los Bandidos del Hierro...

María y Luis se encontraban entre las primeras filas de setenta hombres y enanos a caballo que seguían el rastro de los bandidos, Dûr y Dûk lideraban la formación.

Al atardecer del día siguiente llegaron a verlos, parece que venían de otra incursión porque iban cargando un montón de cosas que no se veían por la lejanía.

—Pronto los alcanzaremos, posiblemente mañana—Comentó María.

—¡Quiero la cabeza de Vag clavada en una lanza!—Exclamó Dûr.

—¿Que se hará con el botín?—Preguntó Luis.

—Lo que se pueda devolver se devolverá—Explicó Dûk —El cincuenta por ciento restante pasará al Rey y el resto para nosotros.

Al día siguiente los bandidos se dieron cuenta de su presencia y sabían que terminarían por alcanzarlos así que Vag empezó a dar órdenes.

—¡Táctica de gancho chicos, como lo prácticamos!—Gritó Vag.

Los ochenta bandidos se dividieron en dos grupos de los cuales uno se preparó para el choque del ejército enemigo y el otro siguió huyendo.

Los caballos atropellaron a los bandidos, matando a doce, sin embargo, las armas de los bandidos atravesaron el pecho de los primeros caballos, los cuales cayeron muertos.

—¡Vengan aquí vosotros dos!—Gritó Vag al ver a María y a Luis.

Luis peleaba con ambas espadas gancho contra Vag mientras que este se defendía de los kunais de María.

Dûr y Dûk llegaron a apoyar y los números quedaron reducidos a catorce bandidos y cincuenta y tres soldados.

Pero en ese momento los otros bandidos que habían huído llegaron atacandolos por el flanco izquierdo y mataron a varios de los soldados, quedando los números en treinta y ocho soldados contra cincuenta y cuatro bandidos.

Los bandidos intentaron ayudar a Vag, dandole la oportunidad de herir a Luis en el codo; pero una flecha perdida posiblemente disparada por la ballesta de un bandido rebotó en el hombro de la armadura de Dûk y una se clavó en el muslo de Vag; momento en el que María apuñaló a Vag en el estómago y Luis desgarró el tejido múscular de su brazo hasta casi separlo.

—¡NO!—Gritó uno de los bandidos antes de ser decapitado.

—Rendíos chicos...—Gimió Vag debilmente.

Doce bandidos se rindieron y los veinte restantes siguieron luchando hasta la muerte.

—¡Victoria!—Gritó Dûr al tiempo que todos celebraban.

Ramen, Diego, Ferol, Garvir y Durmir, Camino a Vitall...

Los elfos los llevaban por los más hermosos caminos del bosque, que aunque ellos dijesen que eran los más cortos, Ramen y Diego llegaron a la conclusión de que no eran los más cortos, pero si los más disfrutables.

En una semana llegaron a un río que había que cruzar, los elfos cruzaron saltando con gracia sobre nenúfares, mientras que nuestros amigos humanos y mortales se treparon a un árbol y desde sus ramas saltaron, aterrizando en el suelo bruscamente, desatando las risas de los elfos.

Para no gastar comida, los elfos les dieron hongos y hojas especiales que en pocos mordiscos te recomponían las energías.

—She zulse viens du l' eloe Marwick—Comentó Ferol.

—Ferol dice que esa espíritu del bosque viene de un árbol Marwick—Tradució Garvir.

En eso se basaban las conversaciones de los viajes más que todo, algo llamaba la atención de los elfos y ellos lo comentaban.