Lágrima de luna

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Suga:

—¿Cuántas llevas?— le pregunto a Jimin cuando, al llegar a casa, lo encuentro en la habitación de las transformaciones haciendo abdominales.

—Dos... doscientas cincuenta...— contesta el pelinegro con voz entrecortada y yo arqueo las cejas.

—Olvido que la danza te proporciona mucha resistencia—

—No es solo eso; tam-bién lo aprendí con... con Dany hyung— comienza mi amigo, sin dejar de hacer ejercicio —él nos enseñaba... velocidad y resistencia antes que... que fuerza... ¡Ah, ya no puedo!— exclama con frustración, al tiempo que se deja caer al piso.

—Me parece que en realidad sí puedes— murmuro con aire pensativo y mi amigo solo se limita a alzar la cabeza y mirarme de forma inquisitiva —; combinando tus habilidades de hombre lobo tu resistencia se incrementa bastante... Te enseñaré en cuanto pueda dominarlo por completo— explico con serenidad, la realidad es que me siento bastante satisfecho con el avance que he tenido hoy; si continúo poniendo todo mi esfuerzo, pronto podré enseñarle a Jimin de forma más seria.

—¿Eso quiere decir que sí funcionó repetirte durante toda la noche lo que me dijiste ayer?— pregunta entusiasmado, pero yo solo me limito a quedármele viendo —Bueno, es que estuve teniendo sueños muy extraños, entonces cuando desperté eché un vistazo a tu cama para ver si dormías pero no estabas, y cuando me espabilé lo suficiente te escuché en el baño; estabas murmurando cosas como que tenías que aprender para poder enseñarme y para poder cuidar a los demás y a Ariana... Quería ver en qué terminaba todo pero la realidad es que volví a quedarme dormido— explica con algo de nerviosismo.

—Bueno, supongo que estaba tan concentrado que no me percaté de que tu respiración ya no era regular y pausada... Pues el caso es que todo terminó bien; conseguí seguir las órdenes de Seokjin sin tantos problemas, y al final de la sesión de hoy terminé dándome cuenta de que tengo que dejar de hablar de mi parte lobo como si fuera un ente distinto a mí porque no lo es; el lobo y yo somos las misma persona y aceptar eso me resultó en un entrenamiento más que exitoso— contesto, sin poder evitar que un extraño toque de emoción me tiña la voz.

—¡Eso es genial hyung!— exclama Jimin, levantándose del piso y acercándose hasta mí para darme una palmada amistosa en la espalda —Pronto podrás...— comienza, pero se interrumpe en cuanto mi celular comienza a sonar.

—Es Hoseok— murmuro, antes de colocarme el dispositivo en la oreja.

***

Al llegar a casa de Ariana, con lo primero que me encuentro es con que Hoseok y Jungkook están arrodillados al lado de los cadáveres de dos niños que se encuentran tendidos en un charco de sangre.

—¿Puedo acercarme?— pregunto, notando inmediatamente un leve olor a acónito; sigue siendo detestable pero al menos no parece tan penetrante como en otras ocasiones.

—Sí hyung, el gas no sale de la casa. — Responde Jungkook.

—¿Entonces consiguieron entrar?— pregunto, pero no puedo evitar hacer una mueca al percatarme de que al parecer los niños sangraron por todos los orificios del rostro.

—No, ya entramos a revisar y además detonamos más bombas— responde Hoseok, mostrándome una máscara de gas —; pero lograron forzar la entrada. —

—Lo más probable es que solo consiguieron dar un par de pasos en el interior y al primer respiro tuvieron que salir, pero eso bastó para que se llenaran de hemorragias internas; dudo que hayan agonizado más de cinco minutos. — Dice Jungkook, provocando que yo lo mire sorprendido —Ariana noona me enseñó los efectos del acónito en el sistema de un hombre lobo— comenta con timidez.