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Suga:

—Entonces, si notas algo raro...—

—Te llamaré de inmediato, no entiendo por qué me lo estás recordando hyung, ayer lo hice sin necesidad de que me lo hubieras dicho con antelación. — Me corta Jimin, al tiempo que se seca el cabello con una toalla —¿Entonces Hoseok hyung va a venir hoy?—

—No. Hasta mañana, que es cuando todos los demás pueden; dijo que tenía que decirnos algo importante. —

—Genial, entonces creo que podré dormir un rato, el entrenamiento de hoy me dejó destruido—

—Bueno, no quiero alarmarte, pero esto solo se irá complicando— comento y el pelinegro suelta un suspiro.

—El precio a pagar por ser una criatura sobrenatural... ¿Ya pensaste qué le dirás a Seokjin sunbaenim?—

—Pues... disculparme, ¿Qué otra cosa puedo hacer?— murmuro con pesar, y saco mi celular al sentir la vibración de un mensaje —Hablando del rey de Roma— murmuro al ver que es él, y no puedo evitar soltar un suspiro al leer el mensaje:

Seokjin:

Momento de entrenar el olfato novato; cuando llegues a la cabaña solo encontrarás mi esencia, rastréame.

15:30 pm

Jin:

Voy caminando por el bosque, ayudado de mi visión nocturna y de la luz de la luna llena; disfrutando de la suave brisa nocturna, pero al divisar la espalda de un chico cobrizo en un pequeño claro, una sonrisa maliciosa se dibuja en mi rostro y comienzo a caminar de forma silenciosa.

—¡JAEHWAN!— grito, palmeándole el hombro a mi amigo, quien luego de pegar el grito más agudo que he escuchado, termina perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo.

—¡MALDITA SEA JIN!— me suelta enfadado mientras se levanta y se sacude la tierra, pero yo estoy demasiado ocupado partiéndome de la risa.

—Ay... ay, per-perdón, no pu-de resistirme. — Murmuro, esquivando con facilidad un golpe que el cobrizo acaba de lanzarme y comenzando a reír otra vez.

—¡Yah! Tampoco fue tan gracioso— protesta, mirándome con los ojos entrecerrados.

—Eso fue porque no escuchaste tu grito— le suelto cuando consigo tranquilizarme, ganándome otro intento de golpe por su parte, que vuelvo a esquivar dando un paso hacia atrás, pero abro los ojos el tope al escuchar algo deslizarse, y en un par de segundos un gran costal golpea mi cara y me tira al piso, provocando que ahora quien ría a carcajadas sea mi amigo.

—No puedo... no puedo creer que hayas caído— dice entre risas, apuntándome con el dedo índice.

—Ya decía yo que era extraño que hubieras llegado temprano— farfullo, frotándome la nariz y fulminándolo con la mirada.

—Tómalo como que ahora estamos a mano— responde con descaro y yo pongo los ojos en blanco.

—Ahora a ver quién demonios te pasa la tarea de álgebra—

—¡¿Qué?! Oh no vamos Jin, sabes que no comprendo esa materia...— comienza alarmado, pero yo llego hasta él y le doy un golpe en la cabeza.

—No seas idiota, solo estoy jugando— digo en tono burlón —. Ahora basta de diversión, vayamos a correr de una vez— concluyo, dispuesto a transformarme, pero Jaehwan me detiene con un ademán de la mano.

—Antes de eso quiero pedirte algo—

—Aún no termino el reporte de literatura...—

—Como serás... No es relacionado con la escuela— me corta, adoptando repentinamente una expresión seria.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora