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Ariana:

—Buenos días... Wow— saludo al entrar a la cocina, pero me detengo en cuanto veo a Jin, que ha sustituido su cabello rojo por un intenso color chocolate.

—¿Qué es tan sorprendente? Es mi color natural— pregunta desconcertado.

—Creo que me había acostumbrado a verte pelirrojo, es todo— respondo, abriendo el refrigerador para sacar una botella de jugo.

—Pelirrojo con raíz castaña— corrige el chico, tomando la botella de mis manos para servirse un poco —; era tiempo de regresar a mi yo real—

—¿Eso quiere decir que ya no vas a ocultarte?— pregunto con aprensión, aun con los últimos sucesos, no ha dejado de preocuparme que el espectro sepa en dónde vive.

—No mi identidad. Te garantizo que con los eventos recientes la guerra contra el bando del espectro está más que declarada, y cuando llegue el momento de la confrontación, voy a combatir enteramente como Kim Seokjin; ya tomé el apellido de Jaehwan por mucho tiempo— explica y yo asiento, sonriendo ligeramente.

—Te va mejor el castaño ciertamente—

—Pero no me veía mal con el rojo... Cualquier color me quedaría en realidad— me suelta con simpleza y yo suelto una pequeña risa.

—Es verdad mi modesto amigo, totalmente ve...— comienzo, pero me interrumpo en cuanto el celular de Jin comienza a sonar.

—Es demasiado temprano— murmura con el ceño fruncido mientras toma el aparato y contesta —Hoseok. — Dice, y yo no puedo evitar que mi corazón se acelere ligeramente; él nunca llama tan temprano, espero que no haya pasado nada —No, apenas nos estábamos alistando para ir a correr... ¿Cómo?— inquiere extrañado, para luego lanzarme una mirada cargada de seriedad.

***

Al llegar a la base, fuimos recibidos por Hoseok, que lejos de explicarme con detalles la situación, se limitó a indicarme que lo siguiera a las ya familiares salas de interrogación.

—Espera, quiero que Jin venga conmigo también— pido, provocando que mi primo se gire y me observe desconcertado, y que mi mentor lo haga con las cejas arqueadas.

—¿Por qué? Estoy seguro de que puedes con esto tú sola...—

—No es eso— digo, negando con la cabeza —; si tú bajas conmigo tendré la certeza de que no me están mintiendo—

—Bien pensado— admite Hoseok después de un momento y Jin asiente.

—Vamos entonces. — Dice, y los tres nos ponemos en marcha.

—Pero hay algo que no entiendo, ¿Por qué yo? ¿Por qué no tú o tus padres?—

—Escucha pequeña, ellos querían a Dany, pero él ya no está... Mira, prefiero que ellos te expliquen sus razones— responde mi primo con seriedad, dejándome más confundida de lo que ya estaba.

—¿Crees que nos vaya a dar la oportunidad?— escucho cuando nos vamos acercando a la sala asignada.

—No perdemos nada con intentar... ¿Son mis nervios o huele a otro licántropo?—

—No creo, yo también lo huelo...—

—Vaya olfato— comenta Jin, provocando que yo sonría, pero que arquee ligeramente las cejas cuando, al entrar, me encuentro con un pelinegro con una perforación en la ceja derecha; el mismo licántropo que fue a la universidad e ingresó a mi aula para preguntar por los salones de danza.

—Así que él es tu hermano... ¿Shin, verdad?— comento, dirigiéndome al chico rubio cobrizo que está sentado a su lado, que se pone rápidamente de pie y asiente, para luego hacer una reverencia de noventa grados, seguido de su hermano.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora