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Ariana:

—Definitivamente tu idea es brillante. La verdad es que yo estaba tratando de idear algo para separarlo de sus reclutas y poder confrontarlo solo...— murmuro, agachándome para esquivar un golpe de la lanza de Sunhee, que luego de detener uno mío, apoya su arma en el suelo y se recarga ligeramente en ella.

—Sería ideal que pudieras hacer eso, evitaría la guerra— comenta con gravedad.

—Lo sé, pero ¿A quién engañamos?— inquiero, limpiándome el sudor de la frente con el dorso de la mano —No podría engañarlo para separarlo de su séquito... ya no— agrego, pensando en que si en algún momento hubo una posibilidad de que eso funcionara, se perdió en cuanto Suga lo confrontó de una forma similar.

—Es cierto. Y déjame decir que a pesar de que me pareció muy osado lo que hicieron, pienso que también fue un poco estúpido... ¿Te imaginas si algo hubiera salido mal?— pregunta la pelinegra negando con la cabeza y yo asiento; al fin alguien que me entiende, y que mejor que sea una licántropo quien me dé la razón.

—Fue precisamente mi punto para haberme enojado— comento, para luego fruncir el ceño —¿Quién te lo dijo? ¿Viste a Jin ayer también?—

—Nop, lo que sucede es que mi papá estaba en la base cuando Hoseok le dijo a sus padres lo que habían hecho él y sus amigos... No estaban muy felices pero comprenden que tarde o temprano Suga iba a querer retar al espectro. — Explica con simpleza —Y a Seokjin no lo he visto desde el miércoles que terminó de darme el recorrido por la ciudad... De hecho fue ese mismo día en que me dijo que te había enseñado a mentirle a los licántropos...—

—Espera, ¿Por qué salí yo a colación?— pregunto confundida.

—Ah, es que le pregunté sobre las cosas que te había enseñado y cómo había sido entrenar a una cazadora... Está muy orgulloso de ti— explica sonriendo, y yo solo atino a hacer lo mismo, vaya tema de conversación el de esos dos... —¿No te parece extraño cierto?— pregunta la chica, devolviéndome a la realidad.

—No, no, para nada— me apresuro a responder, provocando que Sunhee me mire con los ojos abiertos al tope.

—¿Fue una mentira?—

—Sí, la verdad sí, perdona; pero cualquiera diría que habrían hablado de...—

—Espera un momento, ¿Cómo lo haces? No voy a negarte que no le creí demasiado a Seokjin cuando me lo dijo— me interrumpe y yo no puedo evitar dejar escapar una risa corta.

—Sunhee, Jin nunca fanfarronea a no ser que esté bromeando. — Comienzo, negando con la cabeza —Y segundo, él me enseñó a controlar mis emociones al punto de que puedo reprimir el ligero nerviosismo que provoca mentir, es por eso—

—Es increíble, entonces podrías aprovechar esa habilidad para llevar a cabo el plan— contesta con entusiasmo.

—Luego de elaborar un plan como tal. — Apunto y ella asiente un par de veces —Ahora, perdona pero en serio quiero saber por qué tienes tanta curiosidad sobre mí—

—Bueno, fuera de que quería saber qué métodos empleó Seokjin para que su pupila se volviera tan buena en tan poco tiempo, fue de las pocas formas en las que logré hacer que hablara sin darme respuestas tan cortas— explica, provocando que yo suelte un suspiro y niegue con la cabeza.

—No te lo tomes personal...—

—No lo hago, descuida— me interrumpe Sunhee con serenidad —; al principio sí me desconcertó, pero al haber crecido en una manda era obvio que jamás me había tocado tratar con un lobo solitario; no sabía que de verdad era tan complicado acercarse a ellos, pero creo que con un poco de paciencia lograré al menos que me considere su amiga— concluye, y casi podría apostar que no se ha percatado de que está sonriendo un poco.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora