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Ariana:

La pregunta de mi compañero se cuela poco a poco en mi sistema hasta instalarse en lo más profundo de mi cerebro, ese lugar en donde los pensamientos permanecen latentes, siempre al acecho.

—No. — Respondo por fin, pasando una mano por mi coleta y dejando escapar todo el aire que había estado conteniendo de forma apenas consciente —Comprendo que el señor Lee dijo que los videntes nunca se equivocaban, pero también soy de la idea de que el futuro es subjetivo; no dejemos que una profecía de hace años nos nuble el juicio. Me niego a creer que el trabajo tan duro de la organización va a quedar en nada... Y aunque perdamos, por la memoria de mi familia juro que no voy a permitir que el espectro disfrute lo que obtenga esa noche...—

—Suena a que tienes un plan noona— me corta el menor, mirándome de forma suspicaz, y yo dejo escapar un suspiro. Hasta ahora, a pesar de que mi compañero conoce el contenido del pequeño frasco que pende de mi cuello, había mantenido en total secreto mis planes, pero pensándolo bien, creo que es justo que al menos él sepa, además de que tendrá que llevarlo a cabo si yo muero en el intento.

—Lo tengo. — Respondo finalmente, para después tomar una bocanada de aire y comenzar a explicarle en qué consiste.

***

"Por favor, quiero salir" pienso desesperada mientras observo por enésima vez el reloj de pared del aula; Lucas no me ha dejado tranquila desde que llegué, y se la ha pasado fastidiándome con que si terminé con Suga y que por qué no desayuné con los chicos y tal... Tanto Suga como yo éramos conscientes de que no podríamos hablarnos después de semejante "discusión", pero no voy a negar que es bastante cansado estar fingiendo que estoy deprimida por un problema que en realidad no existe, y además estar aguantando a Lucas "Y pensar que así será de ahora en adelante. Solo espero que no traten de provocarlo a él..."

—¿Te parece si aventajamos el trabajo en la biblioteca?— pregunta Misuk, devolviéndome a la realidad, y es en este momento en el que me doy cuenta de que la clase finalmente ha terminado —¿O tienes algo qué hacer?— agrega, y yo paso por alto la pequeña risa que Lucas deja escapar antes de terminar de guardar sus cosas y salir del aula.

—No, de hecho no. Vamos— respondo, esbozando una débil sonrisa y colgándome la mochila del hombro.

—Señorita Jung, ¿Podría entretenerla unos minutos?— pide el profesor, y yo me limito a cerrar los ojos durante un momento, era lo que menos quería.

—Bueno, aprovecharé para ir al baño y te espero en el pasillo ¿Bien?— propone Misuk con serenidad.

—Claro, ahora te alcanzo— digo con desgana, y una vez que la chica sale del salón, yo me vuelvo hacia el espectro —¿Sí?—

—Solo quería darle mis condolencias, escuché lo de Min y...—

—Sin afán de ofender... profesor— lo interrumpo, cargando de sarcasmo la última palabra —; mis relaciones personales no son de su incumbencia en ningún sentido—

—Oh, pero claro que lo son— replica con esa maldita voz melosa que jamás falla en ponerme los nervios de punta —; me temo que esté tan deprimida que su mente se encuentre en todos lados menos en donde debe—

—Descuide, aún estoy lo suficientemente lúcida como para defenderme de usted y su séquito. — Le suelto, dándome la media vuelta para irme, pero después de un par de segundos lo pienso mejor y detengo mis pasos —¿Señor?—

—¿Sí?—

—¿Es consciente de que su manada no es tan sólida como parece?— pregunto, mirándolo con atención, pero él simplemente se limita a arquear una ceja.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora