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Suga:

—¡Hyung! Estaba comenzando a preocu...— comienza Jimin en cuanto llego a casa, pero al verme se interrumpe y abre los ojos al tope —Ten esto— dice, arrojándome un cojín que yo termino rasgando por la mitad, para después arrojarlo al piso y encaminarme a la cocina —¿Tan mal estuvo?— pregunta el pelinegro, yendo detrás de mí.

—Es un maldito idiota— le suelto, al tiempo que abro el refrigerador y comienzo a hurgar en él —¿Sabes qué hizo el muy imbécil? Me prohibió ir al bosque en mi moto, tengo que ir a pie...—

—¿A pie?— me interrumpe Jimin perplejo —¿Al bosque? Pero está demasiado lejos—

—Dime algo que no sepa— respondo, sacando un filete y dándole un gran mordisco.

—Caray, comenzaste fuerte entonces... ¿Pero acaso te perdiste? Vienes hecho todo un desastre—

—No en realidad; desde antes de que me convirtieran he tenido un buen sentido de la orientación. El problema es que siguiendo el camino por el que llegué terminé casi en casa de Hoseok, y eso significó otro tanto para llegar hasta aquí... No, si me ves así es porque peleé un sinnúmero de veces con Seokjin— explico, terminándome la carne y sirviéndome un vaso con agua que vacío prácticamente de un trago.

—¿Pelear? ¿Seokjin?— inquiere mi amigo con el ceño fruncido, pero al notar que he dejado el vaso manchado de sangre me mira con cierta preocupación; cuando como carne cruda yo siempre me limpio para no ensuciar nada —¿Hyung... estás bien?—

—¡Estoy furioso!— exclamo, moviendo el cuello de un lado a otro para tratar de calmarme.

—¿Por qué? ¿El tal Seokjin te provocó para que pelearas con él?—

—No...— comienzo, tomando una gran bocanada de aire —Seokjin es el nombre real de Lee, no sé por qué diablos utilizaba o utiliza un alias. Y no me provocó... bueno, sí lo intentó pero no consiguió nada, y en realidad el problema no es tanto él, soy yo— digo por fin, con la voz cargada de frustración —; no quiero seguir sus indicaciones, y luego el tono que usa... quiero arrancarle la cabeza cada vez que me da una orden. —

—Pero se supone que a eso vas hyung, a que te enseñen— apunta Jimin, completamente confundido por mi actitud —; tu admitiste que necesitabas ayuda de otro hombre lobo—

—Claro, yo sí— respondo, señalándome a mí mismo —; pero mi parte licántropo no. —

—Ooooh—

—Así. Yo sé que debo aprender; y muy a mi pesar soy completamente consciente de que necesito ayuda, pero parece que mis instintos de alfa no están de acuerdo; jamás creí que esto fuera a ser tan complejo—

—Bueno, al menos parece que tu maestro es alguien que ya estaba consciente de cómo ibas a ponerte— murmura el pelinegro y yo solo me limito a asentir.

—Sabe bastante, eso no puedo negarlo. —

—¿Y qué te puso a hacer hoy?—

—Ejercicio— respondo simplemente —; lagartijas, correr y ese tipo de cosas. Dijo que solo quería evaluar mi resistencia como humano y que mañana comenzaremos en serio... Pero ya no hablemos de eso— agrego en cuanto veo que Jimin va a volver a hablar —¿Tú estás bien? ¿Hubo algún percance?—

—No, descuida hyung— contesta mi amigo, negando con la cabeza —; pero la verdad no pude parar de pensar en todo lo que pasó hoy... Creo que ninguno pudo haberse imaginado que no podríamos estar con Ariana en su período de duelo, digo, la conozco lo suficiente como para saber que necesita a alguien que le recuerde que no está sola y alguien que la ayude a desahogarse y que le haga entender que no tiene la culpa de nada de lo que pasó... Creo que no fue justo que Hobi hyung se la haya llevado a quién sabe dónde con quién sabe quién. —

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora