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Namjoon:

—¿Cansado hyung?— pregunta Tae en tono burlón cuando llevamos cerca de una hora corriendo; ayer llegamos a la conclusión de que podríamos aprovechar un poco el bosque para entrenar por nuestra cuenta, y así avanzar más rápido cuando estemos con nuestros respectivos mentores.

—Ni... un poco...— respondo entre respiraciones y limpiándome el sudor de la frente con el dorso de la mano.

—¿Te importa una carrera entonces? Quien llegue hasta la roca grande gana. — Propone en actitud retadora y yo sonrío con suficiencia.

—Está bien, quien pierda lavará los trastes toda la semana. —

—Es un trato— dice Tae sonriendo, al tiempo que aumenta increíblemente la velocidad y me deja atrás.

—¡¿Qué...— comienzo sorprendido, aumentando también la velocidad.

—Luego de aumentar nuestra resistencia, Dany hyung nos enseña velocidad antes que fuerza; a diferencia de Hobi hyung ¡Que lo hace al revés!— explica, mirándome por encima del hombro, y alejándose cada vez más de mí.

—¡Eso es trampa Tae!— protesto, pero mi amigo ya está bastante lejos y le ha dado la vuelta a un grueso roble —Demonios, ahora tendré que...— comienzo, pero un fuerte grito de Taehyung hace que me detenga en seco por algunos segundos —¡TAE!— lo llamo, al tiempo que aumento la velocidad —¿Qué ocu... ¡¿PERO QUÉ DIABLOS?!...— grito cuando, al dar la vuelta en el roble me topo con una larga estaca de madera que tiene una cabeza clavada en la parte superior.

—¿Hyung... qué hacemos?— pregunta Tae, que sigue inmóvil a mi lado.

—Vámonos de aquí...—

—Con que aquí están— escucho que dicen a nuestra espalda, y yo inmediatamente saco un cuchillo que llevaba oculto y me vuelvo —¡Wow! Cuidado con eso, si no tuviera buenos reflejos me habrías dado— dice Jackson con los ojos como platos.

—Nos asustaste, acabamos de toparnos con una cabeza y luego llegas tú por detrás sin hacer ruido... No sé qué esperabas que hiciera— replico con obviedad.

—Ah, bueno si hubiéramos imaginado que saldrían a correr por aquí les habríamos advertido...—

—¡¿Ustedes pusieron eso?!— exclama Tae perplejo, y Jackson asiente.

—Es el cambia-pieles que capturó Jinyoung hyung el viernes. En nuestra especie, la traición se castiga con la muerte; la cabeza fue puesta ahí por orden del patriarca, para que cualquier desertor que pase por aquí sepa a lo que se enfrenta si es capturado. — Explica con naturalidad, y yo solo atino a intercambiar una mirada estupefacta con Tae. —Pero no es el punto en este momento. — Agrega con urgencia, y adoptando una expresión grave —Se solicita la presencia de todos los cazadores de este sector en la base de operaciones, los aprendices también tienen que asistir—

—¿Ocurrió algo?— pregunta Tae con aprensión, y Jackson suelta un suspiro.

—Hubo una masacre anoche. —

Ariana:

—... ¿Cuántas familias?— pregunta una mujer pelirroja con seriedad.

—Quince. — Responde mi tío, con una expresión de impotencia en el rostro, e inmediatamente la sala se llena de suspiros y murmullos apesadumbrados.

—¿Niños?— pregunta el doctor Jo, y ahora es mi tía quien responde.

—Treintaicinco. — Al escuchar esto, el alma se me cae a los pies; treintaicinco chicos arrebatados de sus familias, treintaicinco chicos a quienes no les queda nada a que aferrarse más que a lo que el espectro les ofrece.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora