69

733 74 179
                                        

Suga:

Suelto un suspiro y niego con la cabeza en cuanto veo al licántropo castaño echársele encima al de pelo cobrizo, ante la vista atónita de todos los demás; es la décima vez en menos de dos horas.

—¡Deokhwa, Shin, basta!— interviene Hyunsu, también en su forma de licántropo, llegando hasta ellos junto con Jin y consiguiendo separarlos.

—No me diga qué hacer, ¡Suélteme!— le espeta Deokhwa en tono mordaz, forcejeando con toda la fuerza que tiene para tratar de librarse del agarre del mayor; por su parte, Jin arroja a Shin un par de metros hacia atrás y le cerca el paso, ignorando los gruñidos de protesta del cobrizo.

—¿Así te pusiste tú hyung?— pregunta Jimin, mirando con perplejidad la escena frente a él.

—No podría estar seguro. — Respondo mientras comienzo a acercarme a los dos chicos que siguen luchando por que los dejen pelear —Deokhwa, Shin, se les dijo que paren— suelto con seriedad, y provocando que tanto uno como otro me claven la mirada en actitud desafiante, por lo que yo simplemente dejo salir mis ojos lobunos también —¡AHORA!— grito tras un potente gruñido, causando que ambos chicos den un pequeño saltito y se queden quietos —Regresen a su forma humana. — Indico con firmeza —Dijeron que estaban dispuestos a aprender...— comienzo en cuanto lo hacen, pero Shin me interrumpe.

—Nunca se nos dijo que tendríamos que seguir sus órdenes, ¿Por qué debería?— inquiere con las cejas arqueadas y Jin deja escapar una risa irónica.

—¿Dónde he visto esto antes?— murmura por lo bajo, lanzándome una mirada divertida.

—Porque un alfa que no tiene control sobre sus acciones ni está consciente de toda la fuerza que tiene es un peligro incluso para sí mismo. — Replico, y luego de intercambiar una mirada con mi propio mentor, suelto un suspiro —¿Tienen problema en continuar el entrenamiento con el resto?— pregunto.

—En absoluto hyung— contesta el pelinegro negando con la cabeza.

—Será menos peligroso para nosotros— concuerda Hyunsu asintiendo, y por su parte Jin simplemente esboza una ligera sonrisa orgullosa y asiente.

—Bien. Ustedes dos— digo, señalando a Deokhwa y a Shin —, vamos al río—

—¿Por qué?— suelta el primero en tono mordaz.

—Porque no te estoy pidiendo parecer, a ninguno. — Espeto con serenidad —Ahora que si quieren que los obligue a obedecer, no tengo problema con ello—

—¡Ja! Quisiera ver que lo intenta...— comienza Shin en tono burlón, pero se interrumpe en cuanto me transformo y me abalanzo sobre ambos, logrando en un par de minutos torcerles un brazo a cada uno, y gracias al dolor, evitar que se transformen.

—Lección uno: Siempre tienen que estar alerta para que no les llegue un ataque sorpresa. Ahora, dije que iremos al río, y al río vamos a ir. — Les suelto mientras comienzo a caminar, llevando prácticamente a rastras a este par de novatos.

***

—¡Yah! ¿¡Es en serio!?— exclama Shin sin dejar de forcejear para tratar de librarse de mi agarre.

—¡Esto definitivamente no habría sucedido si tú no me hubieras provocado!— le espeta Deokhwa, tratando de hacer lo mismo.

—Ahora resulta que es mi culpa...—

—Es culpa de ambos por no poner el más mínimo esfuerzo en controlarse. — Digo con fastidio y arrojándolos al agua.

—No... no quiero contradecirte, pero ambos éramos conscientes de que estábamos peleando— replica Shin, poniéndose de pie y haciendo ademán de salir del río, pero deteniéndose en cuanto yo alzo una mano.

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora