Ariana:
—Escuchen ¿Recuerdan el lugar secreto de papá?, vayan y no salgan, no importa lo que escuchen...— un fuerte sonido hace que mamá se interrumpa; mira hacia el pasillo y luego su vista regresa hacia nosotros.
—Ma-mamá... n-no nos dej-dejes— digo entre sollozos, ella nos abraza con fuerza.
—Nunca— dice sin soltarnos —, nunca olviden que los amo, que papá los ama... que son lo mejor de nuestras vidas...— otro sonido aún más fuerte que el anterior hace que mi madre nos suelte y nos dé la espalda —Váyanse. — Dice firmemente y desaparece en la oscuridad del pasillo...
Mi hermano me abraza fuertemente mientras yo me tapo los oídos tratando en vano de dejar de escuchar; los gritos de dolor y cosas rompiéndose son atronadores... De pronto, todo el caos se detiene y se escuchan dos golpes sordos sobre nosotros, como si estuvieran tirando algo al piso, luego pisadas.
—¿No es suficiente ya?— un hombre habla, su voz es aterradoramente tranquila, casi melosa —Todo puede terminar, solo tienen que dármela...—
—¡Vete al infierno!— escucho gritar a mi padre, dicho esto un golpe, mi madre grita.
—Creo... creo que tendré que convencerlos por otros medios. — Dice el hombre de la voz melosa —¡Traigan a los niños!— exclama, y comienzan a escucharse pasos por toda la casa.
—¡NO! ¡No, no por... por favor no a mis hijos! Ellos ni siquiera están aquí—
—Ellos no saben nada, ¡No los metas en esto!— agrega papá, Daniel me aferra más a él cuando escuchamos pasos cerca de la entrada de donde estamos, contengo la respiración, temerosa de que esos hombres puedan escucharla, apenas si me atrevo a soltar el aire cuando escuchamos los pasos alejarse... Arriba el hombre de la voz melosa vuelve a hablar.
—Entonces dime donde está, dímelo y dejaré a tus hijos en paz. —
—No la tenemos, no está aquí. — Responde mi madre, hay una pausa.
—No les creo. — Dice el hombre de la voz melosa y se escucha un sonido aterrador, como el de un animal desgarrando su comida, escucho a mi madre gritar, y luego... nada...
—No están los niños— dice otro hombre.
—Si ellos la tienen es obvio que no están, este par no era idiota. ¡VAMONOS!— grita voz melosa, percibimos mucho movimiento, luego una serie de aullidos lejanos y otra vez nada, nada salvo un silencio abrumador se ha cernido sobre toda la casa...
Estamos saliendo del lugar secreteo de papá; lentamente y con sigilo nos dirigimos a la sala... Grito al ver los cuerpos de mis padres mutilados... hay sangre por todas partes... Daniel me abraza ocultando mi rostro.
—¡N-no mires! Ariana no mires—
—¡MAMÁ, PAPÁ, NO, NO, NO!— lloro tratando de separarme de mi hermano, él se gira para que quede de espaldas a mis padres... logro mirar sobre su hombro y veo a alguien... a algo acercarse a nosotros —¡DANIEL!— grito, él inmediatamente me suelta y me empuja para alejarme de esa cosa, caigo al suelo horrorizada mientras observo a ese monstruo abalanzarse sobre mi hermano...
Despierto con un grito, jadeando aún aterrorizada; temblorosa salgo de la cama, enciendo la luz y me miro al espejo, estoy empapada en sudor. Sin siquiera mirar la hora tomo la ropa del día y me dirijo al baño para tomar una ducha; ni siquiera he llegado cuando pierdo el control, me siento en el piso y comienzo a llorar; el poder de la mente es realmente increíble, hasta hace apenas 72 horas yo creía que mis padres habían muerto en un accidente... Paro súbitamente de llorar cuando percibo un ruido cerca de la ventana, sin levantarme del suelo me arrastro hasta ella y asomo ligeramente la cabeza, no puedo distinguir bien en la oscuridad pero podría jurar que vi algo moverse ¿Era producto de mi imaginación o realmente había visto algo?
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Lágrima de luna
Fiksi Penggemar"-¡No voy a entrar en tu maldito juego!- Grito tratando de no perder el control -Ah claro que sí- Responde con esa maldita sonrisa -Porque si no, uno a uno, voy a quitarte todo lo que amas-".