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Daniel:

—¿Estás listo?— le pregunto a Hoseok cuando estamos por entrar a la sala de interrogatorios.

—Lo estoy, vamos. — Responde él asintiendo, y yo solo me limito a abrir la puerta; dentro de la habitación ya se encuentra Asim, que está sentado a una mesa situada en el centro de la habitación, y trata en vano de quitarse las esposas.

—¿Quieren decirme de qué demonios es esto?— nos suelta, en cuanto nos ve entrar.

—Tungsteno. — Responde Hoseok con sequedad, y el prisionero arquea ligeramente las cejas, para luego soltar una pequeña risa.

—Ustedes sí que están llenos de sorpresas; celdas que resisten el ataque de un hombre lobo y ahora esto... Si me transformo podría terminar cortándome ¿Eh?— comenta mientras se mira nuevamente las muñecas, ya irritadas por el forcejeo anterior.

—Precisamente, y aunque nos sería bastante grato que cometieras ese error, no nos conviene que te desangres, tenemos preguntas que hacerte— dice mi primo, sentándose frente a él.

—Suerte con eso— murmura Asim con sarcasmo, y yo solo atino a poner los ojos en blanco.

—Escucha; trataste de matar a Park Jimin, a Jeon Jungkook y a mi hermana, sin mencionar que a ella la amenazaste en un par de ocasiones. Nadie más que yo quiere te pongas difícil para poder tornar esto violento, pero lamentablemente tenemos que darte una oportunidad de cooperar. — Le suelto, al tiempo que me siento junto a Hoseok.

—Asim Gamal, desapareciste hace más o menos un año, luego de que tres asesinatos tuvieran lugar en la periferia de tu universidad, tu desaparición acompañó la muerte de tu familia— interviene él, leyendo el informe.

—Díganme algo que no sepa— nos suelta Asim con una ceja arqueada —; a ver, creo que puedo adivinar su primer pregunta, ¿Me fui voluntariamente con el maestro? Sí, ¿Por qué mi familia está muerta entonces? Simple, yo lo hice; es la paga para volverte parte de la manada; el candidato tiene que hacerlo para probarle al maestro que de verdad quiere unírsele. Quieras irte con él o no, tu familia siempre morirá, los lazos afectuosos te vuelven débil— explica con naturalidad, y una ligera sonrisa que provoca que me hierva la sangre se le dibuja en el rostro.

—La realidad era que eso no nos interesaba en lo absoluto, pero gracias por la información, será útil en el futuro próximo— digo con serenidad, y la sonrisa se borra del rostro del prisionero.

—¿Por qué...—

—No eres tú quien hace las preguntas. — Lo interrumpe Hoseok, sin quitarle la mirada de encima —Ahora, ¿Por qué trataste de matar a Jimin?— pregunta, y Asim únicamente se limita a recargarse en el respaldo de la silla con una expresión de satisfacción en el rostro.

—¿De verdad quieres hacerlo de este modo?— inquiero, al tiempo que saco una cuchilla y acaricio el filo de la hoja con el pulgar, pero la sonrisa del licántropo solo se amplía ligeramente, al tiempo que me lanza una mirada retadora, que se llena de sorpresa en cuanto algo pasa rozando su mejilla, haciéndole un fino corte por el que se desliza un hilillo de sangre.

—Hemos tenido una mañana difícil, no tenemos humor de lidiar contigo. — Agrega Hoseok, jugando con lo que parece una aguja larga —Lo volveré a preguntar, ¿Por qué intentaste matar a Jimin? Y te aconsejo que pienses bien tu respuesta, porque la siguiente podría ir dirigida a tu otro ojo—

—No son capaces...—

—¿Quieres apostar?— pregunto con una ceja arqueada mientras le apunto con mi cuchilla —Nuestras armas están hechas de obsidiana, uno de los materiales más filosos que existen; si yo quiero puedo hundirla entre tus ojos sin ninguna dificultad. —

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora