Lágrima de luna

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Suga:

—Min...— comienza Ryo, pero yo mantengo la mirada fija al frente, escuchando... Ese maldito se las ingenió para que nosotros quedáramos hasta atrás...

—Espera, aún no. — Indico, provocando que el kitsune agite sus colas con impaciencia.

—¿Cuándo entonces? Esa charla ya duró demasia...— replica, pero se interrumpe en cuanto se escucha un fuerte aullido, seguido de gruñidos emocionados y la desagradable vista de todo el séquito del espectro comenzando a avanzar; nuevamente, espero otro par de segundos.

—Ahora. — Suelto, mirando al resto del equipo y haciéndoles una seña con la cabeza para que comencemos a avanzar, no sin antes aullar con fuerza para indicarles a todos los demás que hagan lo mismo. Al llegar finalmente al campo de batalla, me encuentro con que el escuadrón de Ariana ya se encuentra enzarzado en una violenta pelea con licántropos y cambia-pieles, pero no hay señales del espectro "Trabajando desde las sombras como siempre" pienso, con la atención puesta en todos lados, y dándome cuenta de que definitivamente esto de los escuadrones no va a funcionar —¡Dispérsense!— ordeno, para después regresar fugazmente a mi forma humana y clavarle el sable a un licántropo de pelaje oscuro, que luego de retorcerse por algunos segundos, cae al suelo y vuelve a ser un humano; un pequeño —¡Hoseok, dile a los demás cazadores que se dispersen! ¡Hay que encontrar a Taehyuk!— exclamo, para después adoptar la forma de un licántropo y volver a aullar con fuerza, provocando que el séquito del enemigo me observe durante algunos segundos, y que yo sonría internamente ante el shock que acabo de provocar...

Taehyuk:

"Así que me equivoqué" pienso con tranquilidad, al ver a más licántropos de los que la organización tenía, y recordando que Josué me dijo hace meses que había visto movilización en el bosque de licántropos salvajes; no negaré que jamás pensé que se hubieran aliado con los cazadores, pero helos aquí, peleando lado a lado, como si los cazadores fueran sus iguales... "No importa; todos quedarán eliminados esta noche..." me digo, pero regreso bruscamente a la realidad en cuanto escucho un potente aullido, que provoca que toda mi manada se congele durante un par de segundos... Min Yoongi sin duda alguna. Pongo los ojos en blanco y frunzo el ceño cuando, al mismo tiempo en que mis reclutas reanudan sus respectivas peleas, un coro de voces atropelladas y asustadas comienzan a inundar mis pensamientos.

—Señor, él tiene la marca roja...—

—Llegó bajo la forma de un enorme lobo...—

—Usted dijo que eso era imposible...—

—¿Por qué nos mintió?—

—¿Escuchó la potencia de eso?—

—¿Usted puede...—

—¡BASTA!— espeto sin detener mi recorrido por las sombras, buscando... —No. Yo no puedo volverme un lobo, ¿Qué tiene de especial? ¿Acaso les asusta esa apariencia tan vulnerable? Patético... ¿Y qué importa la estúpida marca? Yo no entrené licántropos supersticiosos ¿O sí? Claro que si esos simples detalles los han asustado, deberían ahorrar energía y entregarse de una buena vez... ¿Qué entrené yo, licántropos u ovejas?— inquiero.

—Licántropos. — Responden todos al unísono, recuperando la compostura.

—Entonces compórtense como tal, ¡Fuércenlos a retroceder! Y por cierto, recuerden evitar las armas de los cazadores, me parece que las impregnaron con acónito— advierto, al ver a uno de los míos caer al suelo y comenzar a sangrar por todos lados ante un simple rasguño que le han hecho con un arma. En cuanto reciben mi última respuesta, la ira dentro de mis subordinados aumenta considerablemente, y junto con ésta, la intensidad de la batalla; la noche se llena de chillidos y gritos de dolor y esfuerzo; de gruñidos y rugidos furiosos; de muerte y de sangre... Al localizar a mi primer objetivo, penetro finalmente en el campo de batalla y avanzo con rapidez, pero me detengo en cuanto una mujer de cabello rojo se coloca frente a mí y trata de asestar el primer golpe "Por favor" pienso, al mismo tiempo en que detengo su arma al vuelo y la sostengo con firmeza, obligándola a retroceder. La mujer abre los ojos por completo en cuanto escucha el crujido de su arma al partirse por la mitad...