Lágrima de luna

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Ariana:

—Bueno, ya no estuviste a punto de romperme las costillas durante el viaje, me siento orgulloso— me suelta Suga mientras toma el casco que le estoy extendiendo.

—Aish, no te abrazaba tan fuerte— replico, poniendo los ojos en blanco —; además, tarde o temprano me tengo que adaptar ¿Cierto? Si tú puedes desplazarte caminando por mí, entonces yo puedo superar mi miedo a las motocicletas por ti. — Termino, ganándome una sonrisa tímida por parte del pelinegro, que yo simplemente me limito a corresponder.

—¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí?— suelta Josué, situándose a una distancia prudente de nosotros —Se ven tan lindos juntos... Les recomendaría que lo disfruten mientras puedan—

—Lo haremos, tenlo por seguro— respondo con simpleza, pero el chico deja escapar una risa corta.

—Palabras demasiado osadas para ti ¿No crees?— pregunta en español —No creo que debas seguir fingiendo, después de todo, ayer mostraste tu verdadera cara—

—Tienes razón, Dai te lo puede confirmar. — Le suelto con tranquilidad, provocando que Josué apriete la mandíbula, se dé la media vuelta e ingrese a la universidad.

—Creo que debería aprender español— comenta Suga en tono pensativo, devolviéndome a la realidad.

—Sería interesante que lo hicieras, vamos— contesto sonriendo, y ambos entramos también al edificio.

—¿Qué te dijo?—

—Que dejara de fingir que soy valiente porque ayer demostré que no es verdad—

—Ese idiota, ¿Y qué le dijiste?—

—Que tenía razón y que Dai se lo podía confirmar. — Respondo, y el pelinegro trata en vano de reprimir una risa.

—Es una lástima que no tomo clases contigo— comenta —, me encantaría verte poner en su lugar a tus compañeros—

—No creo que pueda hacerlo, pero definitivamente el plan de "ignorar" ya no me basta, no después de ayer... Y además Hobi me dio permiso de contraatacar— digo asintiendo.

—Pero siempre con cuidado ¿Escuchaste?— advierte Suga, sustituyendo su expresión divertida por una seria.

—Voy a tener cuidado, te lo prometo— le aseguro —; ahora ve a clase, y también tú cuídate—

—Siempre. — Contesta, y luego de darme un beso en la frente, comienza a caminar hacia el departamento de música.

"Al matadero pues" pienso, dirigiéndome hacia mi primera clase, poesía; al llegar, me doy cuenta de que Lucas ya ha llegado y está sentado justo a mi lado derecho.

—Vaya...— comienza, pero se interrumpe en cuanto una voz femenina dice mi nombre.

—¡Ariana, Ariana! ¿Te sientes mejor?— pregunta Misuk, llegando hasta mí.

—Sí, el humo me afectó mucho ayer, es todo— explico, y ella asiente con aire aliviado.

—Me alegra que solo haya sido eso y no un ataque de pánico— comenta, y Lucas deja escapar una pequeña risa que yo simplemente paso por alto —. Por cierto, dicen que la detonación fue provocada por una fuga de gas, ¿No te parece extraño?—

—Demasiado si tomas en cuenta que en el cuarto de intendencia no hay tuberías de gas— interviene Lucas, mirándome con las cejas arqueadas, pero yo simplemente me encojo de hombros.

—Por el techo pasa una de las tuberías que alimenta los laboratorios del centro de ciencias— replico con indiferencia —; ese centro y el nuestro tienen las mismas tuberías de alimentación...— continúo, pero doy un pequeño brinco cuando, a mi lado izquierdo, alguien deja caer su mochila al piso con más fuerza de la necesaria y se sienta, y al voltear, me encuentro con la mirada asesina de Dai; ya no hay rastro de cinismo o burla en su rostro, solo un profundo odio y ganas de hacerme trizas...