Lágrima de luna

79

Ariana:

—¿Ariana?— me llama Tae, al tiempo que choca su espalda con la mía.

—Lo sé... ¿Estás listo?— murmuro en cuanto un hombre lobo de pelaje rubio me gruñe con agresividad.

—Sí... ¡Agáchate!— exclama, por lo que sin protestar lo hago, únicamente para ver a otro licántropo, este de pelo color chocolate, casi chocar con el rubio, para inmediatamente después girarse y asestarme un golpe que yo consigo esquivar apenas. Sin pensarlo demasiado avanzo hasta esos dos y comienzo a maniobrar con mis armas, pero ellos son bastante rápidos.

—¿Tae?—

—¡Estoy bien, tú encárgate de ellos!— dice con voz potente, al tiempo que sujeta con sus armas las muñecas de sus respectivos oponentes y gira sobre sí mismo para torcer la de uno y derribar al otro; vuelvo mi atención hacia mis propios oponentes justo a tiempo para asestarle una patada al rubio en plena cara y así esquivar sus afiladas fauces, pero el castaño ya viene hacia mí a toda velocidad; retrocedo un poco y me agacho en cuanto mi oponente extiende los brazos, para después darle un golpe justo en el esternón con la empuñadura de una de mis dagas y obligarlo a retroceder, pero al hacerlo él simplemente se agacha para servirle de apoyo a su compañero, que utiliza su espalda para impulsarse y saltar en mi dirección, al mismo tiempo en que extiende sus enormes garras hacia mí; completamente concentrada en mi próximo movimiento, sujeto mis dagas largas por el límite antes de que comiencen las cuchillas, y con las partes no filosas golpeo con fuerza al licántropo, que las toma con firmeza para derribarme junto con él; suelto esas armas y, asestando una patada trasera que consigue quitar del medio momentáneamente al licántropo castaño, saco mis dagas cortas y me coloco en posición defensiva. El licántropo rubio apenas se ha incorporado cuando una lanza cae a sus pies, provocando que tanto él como yo volteemos en la misma dirección; Namjoon, Hoseok y Kook se nos están acercando a toda velocidad.

—¡Ya era hora!— reclama Tae, que regresa a mi lado y no deja de mirar a los licántropos frente a él, que le dedican miradas furiosas.

—No te emociones tanto, más vienen detrás de nosotros. — Suelta Hoseok, y en cuanto llegan del todo, volvemos a la formación inicial de espalda contra espalda.

—Once en total— anuncia Kook.

—Alentador...— murmuro, preguntándome en qué condenado planeta cinco personas van a poder vencer a once licántropos bien entrenados.

—¿Desde cuándo se volvieron tan buenos?— farfulla Nam, que logra bloquear un zarpazo de uno de los enemigos.

—No es momento de protestar, ¡Pensemos en un plan!— digo, sin apartar la mirada de los rojos y penetrantes ojos del licántropo rubio, pero en cuestión de segundos algo cae justo en medio de nosotros, obligándonos a romper la formación, y prácticamente llevándome a los brazos del licántropo castaño, que me abraza por detrás y comienza a apretar. Con un grito ahogado, consigo patear al rubio que ya estaba por abalanzarse sobre mí, y a pesar de que sé que me va a doler más a mí que a él, dejo caer la cabeza hacia atrás con tal fuerza que el licántropo que me estaba sujetando me suelta, pero yo también termino medio aturdida; aprovechando mi estupor, uno de los licántropos recién llegados se abalanza sobre mí y me tira al suelo, pero Kook arremete inmediatamente contra él y me lo quita de encima.

—¡¿Todo en orden?!—

—Claro que sí. — Contesto, señalándole con la mirada que se eche al suelo, para asestarle un fuerte golpe a otro licántropo pelinegro que iba a llegarle por detrás.

***

Media hora. Llevamos media hora peleando, pero a etas alturas parece una eternidad; lamentablemente para nosotros, Nam está fuera y Hoseok herido de forma relativamente grave. Lamentablemente para ellos, cinco de sus compañeros han caído y yo logré herir al rubio de forma mortal.