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Ariana:

—Aah ¿Por qué la vida es así?— protesto en voz alta, el sueño se me ha escapado por completo y son las cinco de la mañana; lo que se traduce en que me he despertado una hora antes de que suene mi alarma... "Aaah, odio cuando esto pasa" pienso, al tiempo que enciendo la lámpara que está sobre la mesita de noche y tomo el libro de "Las cosas que nunca existieron" para ponerme a leer:

"Para una persona que nació siendo un humano normal, la conversión a licántropo resulta extremadamente peligrosa, ya que es casi imposible sobrevivir a la mordida del mismo, dado que, fuera de ser excesivamente dolorosa, produce una hemorragia difícil de controlar, sin mencionar que tarda mucho en sanar debido a ciertas sustancias que posee la saliva del licántropo, por lo que las probabilidades de infección son aún mayores que en una mordida común y corriente..."

Al leer lo último me interrumpo, abro los ojos como platos y comienzo a negar frenéticamente con la cabeza.

—No puede, no, no, no; no puede...— farfullo una y otra vez, al recordar que Namjoon se quitó el vendaje del brazo hace apenas unos dos días; "Para haber sido la mordida de un perro tardó demasiado en sanar... Y está la cuestión de que se tiñó el cabello justo después de que lo atacara ese "perro"" pienso, rememorando que en el libro dice que uno de los métodos que empleaban los licántropos para ocultarse era teñirse el cabello; pero no, es imposible... Namjoon no puede ser un licántropo.

Suga:

Al llegar a la universidad, me encuentro con que Jimin y Tae ya han llegado, por lo que dejo la mochila en mi lugar y me dirijo hasta ellos con determinación, aunque no sin cierta lentitud, aún renuente a lo que estoy por hacer.

—Hola hyung— saluda Jimin alegremente, pero al ver que no respondo intercambia una mirada nerviosa con Tae. Sin decir nada, me detengo frente a este último y tras dudarlo un poco, despeino de forma amistosa su cabello mientras le lanzo una ligera sonrisa; voy a volver a mi lugar pero él me toma por el brazo.

—¿Hyung qué... Te sientes bien?— pregunta, con los ojos como platos.

—Sí Tae, es solo que no encontré palabras para agradecerte. — Respondo y Tae vuelve a intercambiar una mirada con Jimin —El espectro trató de llevarme de nuevo, anoche, pero...—

—¡¿Qué?!— exclaman Jimin y Tae al unísono, y yo me pongo a platicarles todo lo que pasó anoche.

***

—... Y básicamente eso fue todo. Así que gracias Tae, gracias por hacerme entender en lo que nos hemos convertido y en lo que, por el momento, yo debo ser: Un alfa. — Concluyo, mirando a mis amigos.

—Sabía que lo entenderías hyung, por eso lo dije. — Responde Tae, sonriendo ampliamente.

—Y me alegra que a pesar de que el espectro te amenazó otra vez con hacernos daño no estás tratando de alejarnos. — Interviene Jimin con satisfacción.

—Una manada tiene que permanecer unida ¿No?— comento.

—Sí, pero vaya susto nos diste cuando te saludé y no respondiste— dice Jimin entrecerrando los ojos.

—No quería cambiar de opinión sobre cómo iba a agradecerle a Tae su ayuda, si lo pensaba más iba a arrepentirme. — Explico, poniendo los ojos en blanco —Además, ¿Susto por qué?—

—Porque siempre te pones de mal humor en días... ya sabes, de luna llena. — Explica Tae.

—Ah, el señor Lee me dio unas hierbas para eso y me tomé un té de ellas antes de venir— respondo, encogiéndome de hombros —, supongo que por eso estoy tan calmado. —

Lágrima de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora