Destellos [USA x Rusia]

22.

—¿Qué haces?

Rusia miraba al americano con cierta incomodidad, porque desde hace unos minutos, el mencionado lo miraba fijamente mientras agitaba sus dedos como si quisiera enviarle algo por el aire.

—Estoy intentando usar mis habilidades mentales.

—¿Qué habilidades mentales? —se burló.

—Cállate, que me desconcentras, comunista tonto.

—Qué rudo.

—No interrumpas mis intentos porque me ames.

Rusia quiso reírse, pero en vez de eso, solo suspiró y cerró los ojos. Necesitaba algo de paciencia para lidiar con un USA histérico y desconfiado.

—¿Cuándo pararás?

—Hasta que me ames con locura.

—Llevo dos años contigo, creo que eso ya es una locura.

—¡Entonces ámame más, carajo!

—¿Cuánto más?

—Hasta que... Hasta que me lo crea.

Rusia a veces no podía creer lo inseguro que era aquel americano. Era molesto, pero a veces era un poquito dulce. Por eso se acercó a ese idiota, le dio un besito en esa boca que a veces solo decía disparates, y susurró.

—Te amo.

—¿Cuánto?

—Tanto que no puedo compararlo con algo físico.

—No entendí eso, pero funciona, por ahora.

Se abrazaron en complicidad, en silencio, alejados del mundo entero, siendo solo ellos dos.