93.

831 96 7
                                    


—Y así, honey, tienes que pedir una cita.

—Entendido —FBI tomó su último apunte antes de sonreír—. Gracias, papá.

—Si eso no te funciona... Pero qué digo —rio bajito—. Eso te va a funcionar.

—Sí, sí... Eso espero.

La agencia se iba a ir, no tenía más que hacer por el momento en casa de su padre, pero recordó que tenía una duda.

—Papá, ¿por qué hay un ruso tirado en la sala de tu casa?

—Lo encontré ayer —USA se encogió de hombros—, me dio ternura y creo que lo voy a adoptar.

—¿Que tú qué?

—Se llamará Rusky, le pondré un collar, un listón, y le haré burla de por vida porque lo rescaté de una investigación policial.

—¿Es el del incidente de ayer?

—Sí —terminaron riéndose—. El mismo idiota que se quedó dormido en una acera y que la gente creyó muerto.

—¿Está ebrio?

—Sí... Y necesité de la ayuda de dos policías para traerlo aquí.

—Wow, debe gustarte mucho.

—¿Qué? —su rostro enrojeció—. ¡No! ¡Claro que no!

Pero la mirada divertida de su hijo, terminó por incomodarlo.

—Bien. Tal vez un poquito. ¡Pero eso no te interesa! —se tensó—. Ahora vete y haz lo que tengas que hacer.

—No te aproveches de un inconsciente.

—¡Cállate!

—Si quieres llamo a Canadá para que te ayude con eso.

—No, no quiero más involucrados.

—Al menos llévalo al hospital, no vaya a entrar en coma alcohólico o esas mierdas —se burló—. Y por lo menos sé el activo, papá.

—¡No me faltes el respeto, niño!

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora