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—¿Quieres ver qué hay debajo de la falda?

Rusia tragó en seco, pero juró que no iba a perder compostura, además, USA estaba un poquito pasada de copas. Nada era en serio en ese caso.

—No.

—Igual te lo voy a mostrar, cariño.

—¡Espera! Eso no es correcto.

—Cállate y mira.

Entonces USA se elevó la tela que conformaba su falda larga, y con orgullo mostró su secreto de esa noche.

—Abre los ojos, comunista, o no hay chiste.

—No voy a seguirle el juego a una dama en estado de ebriedad.

—¿No quieres ver mis medias de red que forman un conejito en la mitad? —hizo un puchero.

—¿Tu qué?

Rusia no pudo con la curiosidad y abrió los ojos, solo para apreciar el suave puchero y el sonrojo que tenía USA. No pudo evitar sonreír divertido por eso.

—¿No te gustan mis medias?

—USA deja de hacer eso —tomó las manos de la americana para que soltara la falda.

—Pero están bonitas.

—América, eso no se hace.

—¿Qué chiste tiene comprar cosas bonitas si nadie las va a ver? —bufó antes de suspirar.

—Podrías mostrarlas a tu hermana.

—Quiero la opinión de un chico.

—Puedes conseguirte un novio.

—Suena razonable.

Rusia pensó que eso terminó, y que al fin podría convencer a la americana para llevarla a su casa para que descansara, pero las cosas no eran así de fáciles.

—¿Quieres ser mi novio?

—¿Qué?

—Así te puedo mostrar mis medias —sonrió de lado antes de deslizar sus dedos hasta el pecho del ruso—, mis encajes, mis ligueros y...

—USA...

—Y puedes quitármelos después.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora