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—Cómo es mi cumpleaños. Debes cumplirme un deseo.

—No lo haré.

—¡Rusky! ¡Oye!

Pero Rusia los estaba ignorando. ¡Ese estúpido lo estaba ignorando!

—¡Si no me cumples un deseo! ¡Voy a perseguirte todo el día mientras me quejo y lloro!

Rusia suspiró. Sabía que USA era capaz de eso y más. Así que debía resignarse.

—¿Qué quieres?

—Que me abraces por diez minutos.

—¿Qué?

—Siempre dices que soy molesto —USA suspiró—. Así que dejaré de serlo... Solo quiero que me abraces un rato y ya no te molestaré más.

—Sólo... ¿Eso?

Entonces USA se acercó al ruso y lo abrazó. Rusia estaba tan confundido con la extraña petición que no hizo más que dar una palmadita en la espalda del americano y esperar.
Calculó el tiempo... Y de verdad fueron diez minutos completos.

—Gracias.

Las palabras del americano temblaron y Rusia sintió que algo estaba mal.

—Bueno... —carraspeó—. Fue agradable... Adiós, comunista.

—Oye...

—Ya sé que no te gusto, dejaré de molestarte —suspiró—. Suerte —agitó su mano en despedida.

—Oye...

—Tranquilo, niño... Ya entendí que para ti soy un fastidio... Puedo superarlo, siempre lo supero.

En ese día, hubo el doble de fuego artificiales para el festejo de USA, más música y bebidas, mucha más gente y excesos.

Todo para acallar la tristeza que cierto country no quería sentir.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora