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Adoraba verlo sonreír y fastidiar a medio mundo, adoraba verlo festejar por sus triunfos y sentirse orgulloso de cada una de sus hazañas... Pero más adoraba verlo ante sí, jadeando entre besos, perdido entre el calor y pidiendo un poco más cada vez.

—Rusia... Ya...

—Eres muy impaciente —suspiró sobre esos labios y lo mordió—, ¿lo sabes?

—Baby, my love —rasguñó esa espalda y movió su cadera en exigencia—. Dije que lo hagas.

—Eres un mandón.

—Te di la oportunidad de ser el activo, honey —le sujetó fuertemente de las mejillas y se relamió—. Así que compláceme.

El placer era de ambos, las miradas hambrientas susurraban lo que sus labios no podían, y sus manos entrelazadas eran una muestra de amor silente entre tanto pecado.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora