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—Ey, comunista. ¿Estás bien?

No era de preocuparse por problemas ajenos, pero ver a Rusia sufrir entre sueños, lo alteró un poco—. Ey, tranquilo —le dio una suave palmada en la espalda.

—¡¿Dónde?! —jadeó.

—Aún estamos en el avión —USA siguió dándole confort a su compañero de asiento—. ONU dijo que ya casi llegamos.

—Bien —suspiró profundo.

—¿Pesadillas? —USA ofreció lo primero que tenía a la mano, un chocolate—. Tranquilo, ya no hay monstruos que te coman —sonrió.

Rusia no dijo nada, solo aceptó el dulce y suspiró. Aun luchaba contra la agitación de su pesadilla, pero después de un rato se calmó.

Ya no se quejaba por haber sido designado compañero de asiento del americano, y a veces hasta miraba a USA quien leía una revista en silencio.

Era su oportunidad.

—¿Por qué tú y mi padre pelearon?

—¿Cuándo? ¿Guerra fría? ¿Antes de la SGM? ¿Porque me burlé de su escudo? —rio divertido.

—Cuando quiso matarte.

—No sé. Intentamos matarnos muchas veces —se encogió de hombros—. Éramos como tú y yo ahora... Enemigos.

—Eran aliados.

—Rusia, si es algo específico que quieras saber, sólo dilo —suspiró y rodó los ojos, quería acabar su lectura antes de llegar.

—Cuando yo vi que te ahorcaba.

—No recuerdo, niño —chistó—. Ahora sólo cállate y piensa en la reunión.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora