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—Quiero ser el relleno de tu pastel.

—¿Qué?

—Pues...

—Adivinaré —USA rodó los ojos— fueron los latinos quienes te aconsejaron otra vez.

Bufó antes de seguir consumiendo su pastel, pero señaló la silla libre para que el ruso se sentara. Ya era hora de tener una charla tranquila entre countries.

—En realidad, entré en pánico y dije lo primero que se me ocurrió.

—Rusia, Rusia —sonrió burlón—, ¿qué intentas?

—Salir contigo.

—Eso dijiste la vez anterior, pero solo me usaste para darle celos a Venezuela —hizo una mueca—. Creo que era Venezuela.

—Lo sé... y estuvo mal... —suspiró profundamente—. Estaba confundido.

—Lastimaste mi corazón —suspiró sin mirar al eslavo—. Estaba ilusionado esa vez... —negó, porque era el pasado—. Pero ya lo discutimos, nos enojamos, y por el bien de todos, lo olvidamos... ¿Por qué volviste con esa idea?

—Porque me di cuenta que... soy idiota y estoy enamorado de ti.

—Me hubiese ofendido —río bajito—. Pero ahora entiendo que no eres más que un niño... al que no debo tomar en serio.

—USA.

—No volveré a caer.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora