Destellos [USA x Rusia]

75.

Todos pensarían que aquel hombre imponente era un sujeto de hacer ejercicio permanente, músculos definidos, y un cuerpo duro y macizo. Pero no.

USA sabía la verdad.

Porque cuando lo abrazaba por la cintura, era suave, el respirar era lento y la piel caliente. Le gustaba, por eso ascendía en besitos por ese vientre plano por la delgadez, pero suave por lo perezoso que Rusia solía ser.

Porque el eslavo era fuerte, sí, pero su cuerpo no era torneado, sino masticable.

—¡USA! —hizo una mueca— eso duele.

Mordía en la cintura, también en medio de esa pancita, ascendiendo en besitos de disculpas, riéndose de esas quejas y saboreando su victoria.

—Rusky~ —canturreó.

—No.

—Pero aún no digo nada.

—Sé lo que quieres —lo miró feo.

—Awww... Por favor.

—No.

—Sólo hoy.

Rusia solía suspirar antes de sentarse en la cama que compartían y quitarse la parte superior de su pijama. USA era feliz así, abrazado a esa piel, confortado por ese calor, con acceso libre para besar ese pecho, jugar con los pectorales y tentar al diablo.

—Ya duérmete.

—No puedo... Es que eres tan bonito.

Porque adoraba dejar el rastro de su cariño en esa piel.