Destellos [USA x Rusia]

38.

—Te dije...

Sujetó con más fuerza esas piernas, sonrió satisfecho mientras aprisionada a USA contra la cama del hotel.

—Qué ibas a ser la madre de mi hijo

Le dio un beso, fogoso, intenso, donde su lengua le quitó el aliento al americano que protestaba en medio de golpes suaves para que lo dejasen respirar.

—Fuck you!

—Sabes que te gusto.

USA apretó los labios antes de retroceder y liberarse un poco de la prisión que le daban esos brazos.

—Me gustas, lo acepto. Porque tengo pésimos gustos, aunque me duela.

Sonrió de lado mientras analizaba las cosas. Porque era su oportunidad. ¿No?

—Pues vas...

—Pero él que va a tener a nuestro hijo —sostuvo firmemente la muñeca del ruso—, serás tú.

Entrenamiento militar. Experiencia. Habilidad y audacia.

Solo bastó con tirar con la suficiente fuerza de la muñeca de Rusia para arrojarlo sobre la cama. Se deslizó rápidamente hasta aprisionar uno de esos brazos a la espalda del mocoso ese. Y después se acomodó sobre su presa que tenía la cara estampada en el colchón.

—Te acabas de meter en un gran lío, Rusky bebé.

—¿Pero qué?

—Te va a gustar. Lo prometo.

Y sí. A Rusia le gustó. Pero esa era otra historia.