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Llevaban observando a la chica norteamericana luchar con un frasco de aceitunas durante diez minutos. Se estaban riendo, porque USA no daba brazo a torcer y se negaba a pedir ayuda.

—Rayos.

—¿Te ayudo? —intentó Perú porque le dio penita.

—¡No! Tú no —USA buscó a alguien con la mirada.

—Tu hermana no está aquí.

—Fuck —refunfuñó dejando el frasco en la mesa.

—Wey, solo pídenos el favor.

—¡No!

—Sí no quieres que te ayudemos nosotros —Bolivia señaló a los latinos—. ¿Por qué no se lo pides a él?

Señaló al ruso, quien había llegado hace poco para saber por qué todos estaban tan callados y centrados en alguien.

—Yo puedo... —Rusia miró a la americana.

—¡Espera! Un intento más —USA se recogió las mangas y sonrió—. Ya vuelvo.

Todos vieron a la chica salir de la habitación con prisa... Lo malo fue que la vieron volver con una motosierra.

—¡Voy a abrir ese frasco por mí misma! —resonó el motor de esa cosa.

—¡Espera! ¡No!

—¡Estás loca!

Pero USA no estaba loca, solo era un poco orgullosa y terca, de un carácter fuerte e independiente, y a veces sus soluciones eran muy extremas.

Tal vez por eso a Rusia le gustaba.

—Golpea un poquito en la base.

—Sí —USA seguía las instrucciones de su hermana.

—Y así genera burbujas —sonrió Canadá—, así podrás abrirla.

Porque ella sabía que la mejor manera de lidiar con USA, era ayudándola a solucionar las cosas con una guía simple y por sí sola.

—¡Sí! —USA sonrió al abrir el frasco—. ¡Sí! ¡Lo hice! ¡Y en tu cara, comunista! ... —festejó elevando sus brazos y chocando sus manos con Canadá—. ¡Soy genial!

—Felicidades —sonrió el ruso.

Porque él sabía que no había sonrisa más bonita que la de USA cuando estaba verdaderamente feliz.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora