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—¡Rusky!

La norteamericana entró casi corriendo al departamento, porque estaba emocionada por mostrar lo que se compró.

Y se quitó el suéter en el camino.

—¡Rusky! ¡Mira mi nueva adquisición!

Estaba tan contenta que ni corta ni perezosa, también se quitó la blusa.

—¡Rusky! ¡Encontré un sostén de gatitos!

Emocionada era poco, luciendo su lencería nueva, sonriendo cual niña con ropa de princesa... Pero hizo una mueca de fastidio cuando vio a sus visitas, visitas de las que no fue notificada.

—Lindo —Ucrania se rio bajito.

—Cuñada —saludó USA y miró al otro individuo—. Suegro —elevó su mano en saludo, mientras su diestra la posaba en su cintura.

—¡USA! —el más importante apareció detrás de la americana—. Maldición —con rapidez Rusia se quitó la chaqueta para colocarla encima de USA—. ¿No podías esperar a verificar que era yo?

—Oye, se supone que siempre me avisas si hay visitas —se defendió—, y ni siquiera viste mi sostén de gatitos.

—Yo si lo vi —rio Ucrania.

—Yo también —comentó URSS—. Y es bonito.

—Al menos alguien lo aprecia —USA bufó antes de girar su rostro e irse.

—¿En serio te enojaste porque no vi tu sostén? —suspiró Rusia.

—¡Obvio! —refunfuñó al dirigirse a su cuarto—. Es importante para mí.

Destellos [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora